
Guía rápida de Cabañeros
Índice
Introducción
Esta guía es un resumen del contenido de la página sobre Cabañeros. En ella se explica: geología, paleontología, flora y fauna. Si quieres más información de algún apartado, tan solo tienes que pulsar el título de la sección y accederás al contenido completo.
Geología
El Parque Nacional de Cabañeros se encuentra en el antiguo basamento geológico llamado Macizo Ibérico o Hespérico, que ocupa la mitad occidental de la península ibérica. Está compuesto con materiales precámbricos y paleozoicos, con rocas de entre 600 y 300 millones de años. La mayoría de ellas son sedimentarias, como las pizarras o areniscas, que se crearon en los mares antiguos de los que emergió el parque.
Entre los 250 y 100 años siguientes, Iberia es un continente único que colisionará con el resto del continente europeo entre los 60 y 25 millones de años, originando la cordillera de los Pirineos. Esta colisión provoca otros levantamientos en la corteza como: el Sistema Central, la Cordillera Cantábrica o los Montes de Toledo.
El macizo ibérico se divide en varias zonas, y Cabañeros se encuentra en el centro meridional de la más extensa, la denominada Centroibérica. Su sustrato geológico se compone de dos conjuntos:
- Un basamento antiguo bastante deformado y con rocas detríticas (clase de sedimentarias) asentadas en un ambiento marino entre el precámbrico y el paleozoico (entre -700 y -515 millones de años).
- Una cobertera (materiales sedimentarios que cubren otros más antiguos) marina de origen epicontinental, con alternancia de conjuntos cuarcíticos y pizarrosos depositados entre el Ordovícico y el Devónico (entre -477 y -370 millones de años). Este conjunto se aprecia en estructuras sinclinales (pligues de la corteza que muestran los estratos más recientes en su núcleo).
Estatigrafía de Cabañeros
Las rocas más antiguas de Cabañeros corresponden a sedimentos marinos compuestos por lutitas, que se denominan Pizarras de Pusa, y por alternancias arenosas, denominadas como Areniscas de Azorejo, muchas de estas contienen fósiles del cámbrico inferior (más de 515 millones de años).

El basamento antiguo, que por aquel entonces aún pertenecía al continente Gondwana, sufrió una nueva ocupación marina a lo largo del Ordovícico inferior, y produjo la sedimentación de nuevas rocas marinas que evolucionaron en ambientes costeros y en zonas neríticas (zona marítima próxima a la costa que no tiene contacto con el litoral) fangosas. Las zonas emergidas presentaban una mayor erosión al no existir todavía una capa vegetal protectora.
En esta plataforma marina, tanto en el Cámbrico como en el Ordovícico, viven algunos seres, aunque solo en este último periodo han dejado pistas de su existencia; pues, los seres del Cámbrico eran de cuerpo blando, mientras que los del Ordovícico están provistos de caparazones y conchas que se han mantenidos indelebles en los sedimentos, sobre todo, en las lutitas, actuales pizarras.
El sustrato anteordovícico
Son los materiales sedimentarios más antiguos de Cabañeros, establecidos entre el paso del precámbrico al paleozoico. Se encuentran en la parte occidental del parque. Está formado por:
- Las pizarras del pusa: sucesión de limolitas gris verdosas con laminaciónes paralelas y constantes en el tiempo. Se aprecian en el río Estena, entre el arroyo del Maíllo y el vado dela Cuesta de la Vaca.
- Las areniscas del Azorejo: situadas en áreas circundantes a las anteriores, son areniscas de cuarzo de color amarillento muy estratificadas que presentan estructuras sedimentarias típicas de ambientes marinos costeros, como rizaduras (ondulitas), y bastantes fósiles. Se ven en el Boquerón del río Estena y a lo largo de su cauce, entre el vado de la Cuesta de la Vaca y el barranco de Valdelayegua.

La sucesión ordovícica
Sobre los materiales anteriores del cámbrico inferior, descansan en discordancia angular los materiales ordovícicos.

El boquerón del río Estena es uno de los mejores lugares de Europa para apreciar esta discordancia. Está formado por:
- Areniscas y conglomerados: se compone de cantos redondeados con un diámetro de 0,5 a 2 centímetros, fruto de la erosión del sustrato superior.
- Capas Intermedias: sucesión de areniscas, cuarcitas y limonitas en bancos, de hasta 800 metros, que presentan unos tonos rojizos y purpúreos en sus afloramientos, y en los que se pueden ver restos de bioturbación y rizaduras.
- Cuarcita Armoricana: bancos masivos de cuarcitas blancas que se alternan con paquetes finos de areniscas micáceas y que presentan estructuras sedimentarias típicas del ambiente litoral, con presencia de icnofósiles y bioturbaciones.
- Capas de Marjaliza: relieve paralelo al anterior que está formado por una alternancia regular de cuarcitas, areniscas y pizarras en bancos delgados con tendencia más luitítica según se acerca al techo.
- Pizarras de Navas de Estena: formación regular de pizarras oscuras, de tonos azules oscuros en cuyo depósito se logran las cotas de inundación más altas en la plataforma marina próxima a Gondwana.
- Areniscas de Retuerta: formación de areniscas micáceas colocadas en bancos y con estructuras sedimentarias propias de las tormentas. Tienen un color amarillento y presentan alternancias basales con pizarras arenosas azuladas.
La cobertera terciario-cuaternaria
Se trata de los materiales fruto de la evolución morfológica y tectónica del basamento antiguo, que suelen asociarse a la red fluvial. se erosionan con facilidad y se extienden por la gran llanura suroriental del parque.
- Arenas, limos y arcillas versicolores: arcillas caoliníferas con niveles de cantos y concreciones carbonatas que cubren los suelos fersialíticos con paleoalteraciones, conservados por lo general sobre las pizarras del basamento antiguo.
- Las rañas: compuestas de sucesivas generaciones de mantos de acarreo, o sea, materiales traídos por el arrastre de las aguas o el viento.
- Los rañizos: conjunto de diferentes depósitos sedimentarios: conos de deyección, glacis y plataformas mixtas. Se sitúan entre las mesas formadas por las rañas dentro de la gran llanura suroriental de Cabañeros y en las depresiones intramontañosas más occidentales colgados en forma de hombreras.
- Depósitos fluviales: constituidos por las terrazas, las llanuras de inundación y los cauces contemporáneos. Se componen de materiales siliciclásticos que provienen de las rañas cercanas, como en el caso anterior.
- Depósitos de ladera: los principales son tres: las orlas coluvionares de los montes, las pedrizas y los derrames periféricos de las plataformas de Rañas. Están generosamente desarrollados, sobre todo, en la zona de sierras del parque.
- Las formaciones superficiales: engloban los suelos actuales, relictos, fósiles y algunos depósitos residuales. Abarcan algunos depósitos compuestos por gravillas ferruginizadas de color negro, sueltas o cementadas, formando losas que aparecen en torno a los 800 metros, con una potencia que no llega al metro.

Paleontología
Los fósiles presentes son patrimonio histórico y están amparados por la ley, por lo que no deben tocarse ni trasladarse, por muy buena intención que se tenga para evitar su deterioro erosivo. De hecho, su interés reside en el propio fósil junto con su entorno, por separado se pierden referencias en su estudio. Conclusión, no los toques.
Todos los fósiles presentes en Cabañeros pertenecen a la edad paleozoica y son de origen marino. Se pueden distinguir tres grandes grupos en función de su naturaleza y al material pétreo en el que se encuentran fosilizados: icnofósiles, restos esqueléticos y microfósiles de pared orgánica (palinomorfos).
- Icnofósiles: señales o trazas en las rocas sedimentarias que registran la actividad biológica y pueden mostrar la morfología del organismo que las produce. Estas pistas fósiles tienden a conservarse en rocas cuarcitas, areniscas y limolitas. En muchos casos es difícil identificar el organismo generador de la huella.
- Restos esqueléticos: restos de conchas, caparazones, zoarios, etc. preservados como moldes en las rocas arcillosas, como las pizarras, una vez extinguido el material original que los mineralizaba en las fases finales de la diagénesis, el proceso por el cual el sedimento se transforma en roca.
- Microfósiles de pared orgánica o palinomorfos: pequeños fósiles que solo se pueden apreciar mediante un microscopio electrónico.

Clasificación de los fósiles de Cabañeros según sus unidades paleozoicas
Flora
Cabañeros es, con seguridad, una de las mejores representaciones del bosque mediterráneo en la península ibérica. Su vegetación está compuesta por una gran variedad de paisajes muy diferentes entre sí, como bosques umbrosos, sistemas adehesados, matorrales ralos, comunidades sobre rocas, bosques de galería o vegetación acuática.
El medio físico
El medio físico es determinante en el entorno vegetal. Factores como la climatología, la geología y la topología influyen en las especies vegetales, y nos permiten entender la presencia o ausencia de estas en un lugar específico. Los factores pueden ser: abióticos (clima, suelo) o bióticos (acciones de seres vivos).
- Climatología y bioclimatología: el clima del parque es mediterráneo, caracterizado por un periodo largo de sequía estival –de tres a cinco meses–, con altas temperaturas y con precipitaciones irregulares, en función de la frecuencia y origen de las borrascas. Encontramos, por tanto, años con menos de 200mm anuales y otros que superan los 1000mm. La altitud juega un papel fundamental en el registro de precipitaciones y temperaturas. Cabañeros recibe 2900 horas de insolación eficaz al año, hay 40 días de helada y la humedad relativa es del 75% los meses invernales y llega al 30% en el mediodía de los meses estivales.
- Geología, topografía y suelos: el relieve de Cabañeros se puede simplificar grosso modo en cresta-ladera-valle para comprender la distribución de los principales tipos de vegetación:
- Crestas: corresponde a las zonas más secas (ambiente xérico), son las zonas más altas que apenas existe suelo.
- Valles: abarcan las zonas húmedas o higrófilas, con suelos de mayor profundidad, más evolucionados y más fértiles.
- Laderas: posiciones mesofíticas, zonas intermedias a las anteriores denominadas zonas de ladera o zonas llanas sin superávit de humedad.
No obstante, es el suelo el que suministra el aire para respirar, el agua y los nutrientes necesarios para el desarrollo de la vegetación. Atendiendo a la fisiografía del terreno se dividen en dos:
- Zonas llanas: formado por los sueños de rañas, los suelos higroturbosos y los suelos vinculados al cauce de los ríos.
- Sierras: con suelos pardo forestal, suelos ranker y litosuelos.
- Hidrografía: Cabañeros se sitúa casi en su totalidad en la cuenca Del Río Guadiana (95,5%, el resto corresponde a la del Tajo). La red hidrográfica del parque se compone de un millar de kilómetros de arroyos temporales y medio centenar de kilómetros de ríos permanentes. Sus dos principales ríos son el Estena, cuyo nacimiento se da en el Rocigalgo y atraviesa 40 km del parque, y el Bullaque, situado en el extremo oriental del parque.
El paisaje vegetal: conceptos básicos
La vegetación o paisaje vegetal es el conjunto de comunidades vegetales, es decir, plantas, que habitan en un territorio determinado. La vegetación se refiere al conjunto de las comunidades vegetales. La flora, por su parte, responde al número y descripción de los taxones que habitan un lugar.
Si tienes alguna duda consulta la lista de conceptos básicos del paisaje vegetal.
Clasificación de las agrupaciones vegetales
- Formaciones arbóreas: son los bosques o las agrupaciones más o menos espesas de árboles.
- Formaciones arbustivas: agrupan tanto los arbustos que no superar los 7 metros y los matorrales. En la mayoría de los casos suelen mezclarse, de ahí la denominación.
- Comunidades de herbáceas: hay varios subgrupos debido a las diferencias morfológicas y ecológicas.
Las formaciones arbóreas: los bosques
Los bosque se entienden como el conjunto de árboles en espesura. En Cabañeros, es difícil encontrar un área geográfica exclusiva de estos, pues junto a ellos brotan ejemplares arbóreos, arbustos y otras especies herbáceas. La superficie arbolara del parque abarca el 51,21% y muestran etapa más madura y evolucionada de la vegetación.
En Cabañeros, las formaciones arbóreas se distinguen en:
- Bosques climatófilos y edafoxerófilos
- Comunidades edafohigrófilas o los bosques de ribera
Bosques climatófilos
- Encinares: presentes en ambientes xéricos, son formaciones compuestas por encinas o chaparros (especies con una valencia ecológica muy amplia que toleran sustratos calizos y silíceos). España es la mejor representación de encinares mediterráneos. Cubre 3/4 partes del territorio forestal actual, favorecido por las alteraciones del hombre (esclerofiliación) y abarcan la mayoría del centro y este de los Montes de Toledo (en poniente, con mayor humedad y termicidad, el alcornocal gana presencia).
- Alcornocales: formaciones parecidas a los encinares con una estructura más umbrosa. No toleran suelos cálidos y requiere mayor humedad y temperaturas más suaves que la encina. Se distribuyen por los Montes de Toledo de manera más localizada dada su menor amplitud ecológica. En Cabañeros, hay más de 8000 hectáreas (más del 20% del parque) donde el alcornoque es el ejemplar dominante y supone el límite de distribución de los alcornocales luso-extremadurenses hacia el interior. Suelen situarse en zonas bajas y de piedemonte, cerros suaves y poco escarpados.
- Quejigares: son bosques dominados por el quejigo lusitano, con un temperamento submediterráneo o mediterráneo atuenuado y con menor xerofilia. Están considerados como formación codominante junto con encinas, alcornoques y rebollos. Se les incluye en el grupo de comunidades climácicas de una serie climato-temporihigrófila habitual en los piedemontes, valles y umbrías del parque. Han sido perjudicados en favor de la encina por su mejor carbón, ramón y bellota, aunque en la actualidad están recuperando terreno. Los quejigos más maduros se sitúan en depresiones como valles o cauces de arroyos y piedemontes donde reciben un mayor aporte hídrico.
- Rebollares: formaciones arbóreas compuestas por un tipo de roble de hoja marcescente, el roble melojo o rebollo. Cubren de forma monoespecífica las zonas más altas de las sierras, en general, por encima de los 1000 metros, manteniendo las hojas caducas hasta bien entrado el invierno. Además, necesitan precipitaciones exigentes y requieren suelos ácidos y descarbonatados. En Cabañeros, ocupan, por un lado, laderas umbrosas y frías del piso supramediterráneo, por lo general, encima de los 1000 metros; y por otro, los fondos de valle, gracias a la humedad edáfica característica de estos lugares y al frescor de los barrancos donde no suele llegar la luz. Su distribución es localizada y en Cabañeros podemos destacar el rebollar del arroyo de El brezoso o el de La Viñuela.
Bosques de Ribera
- Alisedas: formaciones esbeltas de aproximadamente 15 metros de altura en las que predomina el aliso (Alnus glutinosa), árbol caducifolio, acidófilo y de rápido crecimiento. Necesitan humedad permanente y sus raíces deben estar siempre empapadas en agua. Dado el carácter estacional de los ríos y arroyos de los montes de Toledo es difícil encontrarlo. Se sitúan en zonas de cursos permanentes con influencia atlántica. Aparecen ocasionalmente en los tramos medios de los ríos más caudalosos, como en el río Estena, uno de los pocos ríos permanentes de la comarca.
- Fresnedas: constituidas por el fresno (Fraxinus angustifolia), son más frecuentes y extendidas que las alisedas. Ocupan zonas con bastante humedad freática aunque no requieren la raíces empapadas en agua. En Cabañeros están presentes en tramos medios y bajos donde apenas hay suelo y cuando la estacionalidad y erosión del curso no les deja anclar bien sus raíces. Es una especie palatable que ha favorecido historicamente el hombre para dar de comer al ganado. En la actualidad, como ya no se trasnocha, los fresnos han desarrollado una copa amplia que se despedaza sin dificultad por culpa de la descompensación entre la copa y el tronco.
- Loreras: son formaciones compuestas un arbolillo perennifolio llamado loro (Prunus lusitanica subsp. lusitanica). Aunque no están ligadas directamente a los cursos fluviales, sí aprovechan su humedad y ambiente aislado, situándose en barrancos y gargantas. Como dice el refrán <<al loro le gusta ver el agua, pero no tocarla>>. Cuentan con una importante precipitación (más de 700mm anuales) y con la aportación extra de agua de escorrentía y surgencias de ladera. Están consideradas hábitat de protección. En Cabañeros, se sitúan en zonas sombrías o barrancos intrincados y formando comunidades de una altura aproximada de 8 metros en las que domina el loro. También en zonas húmedas resguardadas donde llegan vientos oceánicos. Cabe destacar la población de Piedras Picadas y otros elementos aislados en algunos barrancos húmedos.
- Abedulares: Los abedules de Cabañeros son especies de distribución euro siberiana muy abundantes en el norte peninsular y con escasa presencia en el sur de la península. Resisten mejor los estiajes, y por tanto, no necesitan mantener sus raíces en agua todo el año. La Betula pendula es la especie dominante en Cabañeros y su característica principal es la gran reducción de las braceas. Se sitúan en los fondos de valle a una altitud de unos 600 metros y en las cabeceras de los ríos en alturas superiores a los 1000 metros. Son zonas que están ligadas a cauces de agua permanente y suelos húmedos. El abedular Betula pubescens subsp. celtiberica de La Ventilla es la unidad más llamativa, situado en la cuenca del río Bullaque, cuenta con 806 individuos adultos. Hoy, los abedules junto con las loreras son bosques secundarios que deben ser protegidos.
Las formaciones arbustivas: matorrales y arbustedos
Constituyen las etapas seriales de los bosques. El matorral es la comunidad más evolucionada y procede en su mayoría de la degradación de los bosques, como los incendios, el pastoreo, las talas o el carbonero. Este proceso empobrece el suelo y ralentiza la recuperación de los bosques.
Por otro lado, la constante presión herbívora por parte de los cérvidos sobre las especies más evolucionadas como los matorrales de leguminosas, los arbolillos o las plántulas de quercus impiden el progreso natural de la vegetación. El abandono rural, que disminuye el cultivo y aumenta la desaparición del ganado caprino, da lugar a un proceso de recuperación actual de arbustos y matorrales. Los primeros en ocupar los espacios herbáceos creados por el hombre a través de sus actividades son los matorrales primo-colonizadores como los cantuesos, tomillos y jaras.
Las formaciones arbustivas representan el 44.4% de la superficie del parque nacional. Por tanto, la mayoría de los bosques potenciales de Cabañeros los ocupan sus matorrales y arbustedos de sustitución.
Los matorrales altos o arbustedos son los más evolucionados, los más próximos a la clímax. Los componen los madroñales, los coscares, los lentiscares o los escobonales. Los menos evolucionados, de porte medio o bajo (meso o nanofruticedas), son los brezales, romerales, canteares, jarales y tomillares. Hay formaciones arbustivas que no proceden de la degradación de los bosques. Estas comunidades se denominan permanentes y las forman algunas especies leñosas, por lo general, de pequeño porte, como matas y pequeños arbustos.
Tipos de matorrales en Cabañeros
- Matorrales de cumbre: se asientan sobre suelos poco desarrollados y en condiciones climáticas complejas, donde hay bajas temperaturas invernales, fuertes vientos y una elevada insolación y exposición. El principal ejemplo de esta formación se encuentra en el pico más elevado de Cabañeros, el macizo de Rocigalgo, con 1449 m de altitud. Las leguminosas son los elementos florísticos más representativos, entre las que destacan Echinospartum ibericum, Adenocarpus argyrophyllus y Genista cinerascens.
- Los matorrales de zonas higroturbosas: Las zonas higroturbosas son áreas con encharcamientos permanentes donde solo los arbustos, herbáceas y briófitos especializados son capaces de sobrevivir en condiciones de anaerobia y de extrema acidez. Estos ecosistemas se han denominado turberas, trampales, bonales o bohonales. Tienden ocupar superficies inferiores a las 10 hectáreas, y se localizan en dos situaciones topográficas diferentes:
– Al pie de las laderas de sierra, lugares sin pendiente donde no se han creado depósitos coluviales. Poseen un drenaje deficiente y gran freudismo. Por ejemplo: turbara Fuente de las chinas.
– En los bordes de los arroyos y barrancos de las rañas. Por ejemplo: El breñoso, Barranco de Riofrío, La Ventilla.
Estas especies como brezos (Erica tetralix, Erica lusitanica, Erica scoparia), abulagas (Genista angélica y Genista tinctoria), brecina (Calluna vulgaris) o el mirto de Brabante (Myrica gale) constituyen sistemas altamente complejos en los que se originan pequeños mosaicos de distintas comunidades vegetales leñosas y no leñosas (brezales, mirtos, musgos, juncales, cárices, etc.). Dentro del parque nacional de Cabañeros podemos distinguir las alianzas Ericion tetralicis y Genistion micratho-anglicae. - La mancha mediterránea: formación compuesta por matorrales y arbustos altos de estructura densa, que cuentan con una alta diversidad de especies leñosas que tapan las laderas de las sierras. Igualmente, se pueden localizar de forma aislada en las rañas, a modo de parches vegetales denominados <<manchos>> en la comarca. Estos últimos, muestran más degradado debido al carbono o el pastoreo. Se establecen, por tanto, en suelos pardos forestales y en las zonas menos alteradas por el hombre. Las especies más características de la mancha mediterránea son: Labiérnago (Phillyrea angustifolia), Madroño (Arbutus unedo), Durillo (Viburnum tinus), Aladierno (Rhamnus alaternus) en zonas húmedas y Lentisco (Pistacia lentiscus) en zonas más térmicas.
Comunidades de herbáceas
Las especies herbáceas están constituidas por hierbas anuales y hierbas vivaces (perennes) y ocupan unas 4500 hectáreas del Parque Nacional de Cabañeros, un 11,7 por ciento de la superficie total. Este área incluye el estrato herbáceo que crece debajo de las grandes dehesas de la famosa raña del parque, la zona más extensa dominada por este tipo de formaciones. Estas suponen las últimas etapas de sustitución de los bosques climatófilos y edafohigrófilos que predominan en Cabañeros.
Dentro del Parque Nacional de Cabañeros, son abundantes en los valles y en las zonas llanas, donde se encuentran en forma de cultivos agrícolas, hoy ausentes en el parque, o formando comunidades herbáceas autóctonas, como pastos artificiales. Hoy en día, sin las alteraciones del hombre, estas comunidades se mantienen gracias al diente de los herbívoros silvestres, en concreto, los ciervos.
El parque Nacional de Cabañeros, existen, que se sepa, 20 alianzas que corresponden a 17 órdenes sintaxonómicos. Estas conforman más de 30 asociaciones de comunidades herbáceas. Según el biotopo y ecología de las especies vegetales que dominan en cada comunidad, se han clasificado de la siguiente manera:
- Comunidades terofíticas: especies de ciclo anual que pasan la estación de verano en forma de semilla. Son las más comunidades que ocupan mayor espacio en Cabañeros y la raña es su mejor representación. Abundan las gramíneas, crucíferas y compuestas, muchas de ellas arvenses (que crece en los sembrados), como la cebadilla (Hordeum murinum subsp. leporinum), los rompesacos (Aegilops geniculata, Aegilops triuncialis), el churramamas (Scorzonera angustifolia), las cabezas de medusa (Taeniatherum caput-medusae).
- Comunidades mesofíticas: tienen por lo general carácter higrófilo o poco xerófilo. Situadas en zonas cercanas a alisedas, fresnedas y abedulares, que suponen con frecuencia ser la etapa de sustitución de estos bosques ribereños. Su extensión dentro del parque es mínima dado el carácter mediterráneo de la zona. Destacan el junco churrero (Scirpoides holoschoenus), otras gramíneas hemicriptófitas: Holcus lanatus o Lolium perenne, y otras especies acompañantes como: Mentha pulegium o Trifolium respinatum.
- Comunidades xeromesofíticas: compuestas por especies vivaces y anuales, surgen por la alteración de condiciones edáficas normales que cuentan con mayor humedad, sustituyendo las comunidades terófitas. Se consideran de carácter intermedio entre las comunidades terófitas (especies anuales desplazan a las vivaces por culpa de las sequías) y las mesofíticas (hidrófilas que compensan la falta de agua con humedad freática). Se encuentran en zonas de querencia del ganado, donde existe bastante pastoreo. Destacan los madajales y gramíneas de gran talla como los berciales (constituyen comunidades donde domina el berceo, Celtica gigantea (=Stipa gigantea))y vallicares (comunidades higrófilas que aparecen en suelos freáticos):
- Comunidades anfibias: geófitos y anuales en zonas de inundación temporal, en invierno o en primavera. Estos lugares llanos, que se encuentran en los valles de raña y presentan cierta hidromorfía, se les denomina <<navas>> o <<navajos>>. En encharcamientos prolongados, dominan especies del género Ranunculus, en especial, Ranunculus peltatus, y otras especies hidrófilas e higrófilas como Mentha cervina (= Preslia cervina) Baldelia ranuncoloides, Littorella uniflora o Callitriche brutia. Cuando el encharcamiento se prolonga menos, se originan comunidades compuestas por especies anuales y geófitas de escasa talla. Es el caso de la gramínea Newoschischkinia pourretii (= Agrostis pourretii) o el poleo (Mentha pulegium).
- Comunidades higroturbosas: turfófilas de trampales y bonales. Con un grado fuerte de acidez y anoxia, surgen especies herbáceas que conviven con las especies arbustivas especializadas en este medio y con las briófritas del género Sphagnum. Algunas de ellas tienen un carácter relicto y singular, entre las que destaca las plantas carnívoras, por ejemplo: el atrapamoscas (Drosera rotundifolia) y la pinguícula (Pinguicula lusitanica). Existen otras herbáceas típicas como Potencilla erecta, Anagallis tenella, Carex echinata y la mansiega (Molinia caerulea). En la actualidad, la mayoría de estas comunidades están amenazadas por el ciervo y el jabalí.
- Comunidades acuáticas: hidrófilos (comunidades que cubren la superficie de las láminas de agua calmadas y permanentes. Algunas de ellas son muy llamativas, como las compuestas por nenúfares blancos y amarillos (Nymphaea alba y Nuphar lutea), visibles en los ríos Bullaque y Guadiana); y helófitos (se caracterizan por tener la raíces inmersas en lodos inundados con parte del tallo emergido del agua. Se sitúan allí donde el agua permanece estancada, como en remansos de arroyos y ríos y en los bordes de los estanques. Las macrófitas como el carrizo (Phragmites australis) y las eneas o espadañas –especies del género Typha– dominan estas comunidades).
- Comunidades rupícolas: casmófitos. Se componen de una vegetación especializada en un medio desfavorable para las especies vegetales, como es el caso de los roquedos. Denominadas en muchos casos según las situaciones donde se asientan, por ejemplo: fisurícolas, de fisuras; glerícolas, de gleras; aparecen especies capaces de plantar cara a la situación adversa de falta de sustrato. Frecuentes en todo tipo de roquedos: la uña de gato (sedum brevifolium), el ombligo de Venus (Umbilicus rupestris), algunos helechos (Asplenium officinarum y Asplenium trichomanes). En los crestones cuarcíticos de los Montes de Toledo: clavellina silvestre (Dianthus lusitanus) y un endemismo: la dedalera (Digitalis purpurea subsp. toletana).
Fauna
Mamíferos
Los mamíferos provienen de los reptiles. Cuando se extinguieron los reptiles del secundario, los mamíferos se establecieron como la fauna dominante en la Tierra. La característica más conspicua que indica si un animal es mamífero es la presencia de pelos y de glándulas mamarias, de dónde procede la denominación mamífero. Aunque existen otros rasgos anatómicos no perceptibles de anatomía interna como:
- La articulación de la mandíbula.
- El tipo de cráneo el arco aórtico.
- La disposición de los huesos del oído.
- El desarrollo de su cerebro.
Los mamíferos presentan una gran capacidad de adaptación. Existen: terrestres, que son mayoría y los más representativos: primates, carnívoros, insectívoros, roedores, artiodáctilos y lagomofros; los acuáticos, como son los cetáceos; y por último, los aéreos, como los quirópteros.
En Cabañeros existen 47 especies de mamíferos clasificados de la siguiente manera:
- Insectívoros: 5
- Quirópteros: 19
- Carnívoros: 10
- Ungulados: 6
- Roedores: 9
- Lagomorfos: 2

Hay que destacar que 44 de estas especies son autóctonas y que se han introducido tres especies de angulados: el muflón , el gamo y la cabra montés. Esta última, extinta el siglo pasado, se ha introducido recientemente. Por desgracia, el oso desapareció a finales del siglo XVII y el lobo abandonó los Montes de Toledo en los años 70.
El paisaje actual que se conoce cabañeros es el resultado de la actividad humana durante miles de años. Las alteraciones marcadas por la agricultura, la ganadería, las actividades forestales y la cinegética son las que han dado forma a este territorio singular. La impronta de esta es visible a día de hoy. En aquellas zonas donde el ganado fue más intenso, existe un cúmulo mayor de materia orgánica derivada de sus excrementos, que ha producido un pasto de calidad: los denominados <<madajales>>. Aunque el ganado caprino desapareció, la cabaña ganadera restante de ovino y vacuno se siguió manteniendo en importantes densidades.
Sin embargo, entre los años 50 y 60 se produce un cambio en las actividades, orientándose hacia el uso cinegético para la explotación demográfica de las poblaciones de ciervo y jabalí. A día de hoy se sigue manteniendo ese índice de crecimiento. Por tanto, el paisaje actual de Cabañero solo se entiende en función del auge de la actividad cinegética y de las transformaciones que conlleva.
La riqueza del ecosistema de Cabañeros brinda a los visitantes del parque la posibilidad de ver una de las comunidades de mamíferos más importante de Europa.
- El ciervo: a principios del siglo XX el ciervo era muy poco común en los montes de Toledo, debido, en gran parte, a la constante e intensa actividad del hombre que trabajaba en las sierras. Fue el abandono de estas actividades lo que dio paso a la transformación de los usos de estas fincas de los Montes de Toledo, para orientarlas hacia la cría de ungulados salvajes, en especial, la cría del ciervo. La rápida proliferación del ciervo llegó a tener una densidad desorbitada de hasta 60 ciervos por 100 hectáreas, cuando lo ideal es no superar los 20. Cabañeros es uno de los pocos lugares de la península donde se puede analizar la fenología natural del ciervo en su estado de libertad. En septiembre, con el cambio de estación, los ciervos entran en celo. Los machos, llamados venados, para hacer gala de su fuerza y valía frente a sus contrincantes, emiten unos sonidos roncos que se escuchan en toda la sierra. Las hembras, por su parte, asisten con aparente indiferencia a estos enfrentamientos, donde el choque de las airosas cornamentas armonizan el comienzo del otoño. La berrea es una de las manifestaciones naturales más impactantes y atractivas de la península. Durante esta fase, los machos, que suelen ser muy esquivos, siguiendo su instinto reproductor, aparecen por zonas más despejadas, dejándose ver con mucha más facilidad, incluso en lugares poco asiduos. Con la llegada de la primavera, los ciervos vuelven a la espesura del matorral, despejando casi por completo la raña. En esta época cuando los venados pierden su cuerno.
- El jabalí: aumentó su población, al igual que el ciervo, por el abandono de las actividades humanas en el monte. Aunque su carácter omnívoro y su alta tasa reproductora también han contribuido al actual y exitosos desarrollo de esta especie en Cabañeros. Entre todos los recursos tróficos que dispone, el jabalí puede alimentarse de diversos tipos de vegetales, de carroña y de gran cantidad de animales vivos, pues es considerado como un animal depredador muy hábil. También preda nidos y cubiles de cría.
- El corzo: ungulado muy bello de hábitos boscosos que, reacio a bajar a la raña, prefiere refugiarse en el monte y pastar en los valles donde el monte es más aclarado. Se sitúa en lugares donde el ciervo no domina, que dentro de Cabañeros son pocos, ya que este último ejerce una presión muy fuerte que lo impide asentarse. En estas zonas, sí que ha conseguido aumentar su población, y no solo dentro del parque, también en el resto de los Montes de Toledo, a pesar de la continua actividad cinegética. A diferencia del ciervo, el periodo del celo del corzo –que emite un sonido más seco y ronco– se da en pleno verano, a partir del mes de julio, cuando fecunda a la hembra. Su desenlace, en cambio, coincide, pues las crías del corzo también nacen en primavera, la época más conveniente.
- Especies introducidas:
- El gamo: especie originaria de Persia que ya fue introducida durante el imperio romano. Los gamos presentes en Cabañeros proceden de los núcleos primitivos que han permanecido en ciertas fincas durante siglos y en las recientes y nuevas introducciones.
- Muflón de córcega (Ovis orientalis musimon): se trata de una oveja de pequeño tamaño y de color marrón rojizo procedente de córcega. Está catalogada como especie invasora.
- Conejo: especie clave por la importancia que tiene en las cadenas tróficas de todos los ecosistemas tróficos, ya que es el eslabón básico entre fitófagos y predadores. La presencia del conejo en cabañeros es fragmentada y muy escasa y prefieren la superficie a las madrigueras, cuyo uso se limita a la paridera. Estas, a su vez, aumentan el riesgo de predación, pues son mucho más inseguras que los grandes vivares de los que disponen las grandes poblaciones de conejos. Especialmente, por los zorros y jabalíes, que son muy hábiles atacando estas camadas desprotegidas. Pero la población de conejos de Cabañeros estabilizada en mínimos obedece, entre otras cosas, a las enfermedades, al envejecimiento del matorral y la predación.
- Liebre: otro lagomorfo, pariente del conejo. Dentro del parque su presencia es abundante en las zonas de monte limítrofes a la gran raña central, en especial, debajo de la vegetación de los chorreros que la cruzan. No obstante, a veces, las liebres se adentran en las rañas a través de sus correrías, lo que facilita su captura por parte de otras especies, como el lince y el gato montés, que no suelen penetrar el campo abierto. Se estima que la densidad de la liebre en el parque es de, aproximadamente, 15 individuos cada 100 hectáreas en las zonas más favorables.
- Micromamíferos:
- El erizo ibérico: capaz de colonizar todo tipo de hábitats, su mayor fortaleza ante los predadores son sus peligrosas púas, que lo protegen de todo peligro salvo uno, las ruedas de los vehículos, su principal causa de mortalidad.
- El topo y el musgaño de cabrera: dos especies que habitan los medios húmedos y que apenas se tiene constancia de su presencia actual en Cabañeros. Los pobladores de la serranía cuentan la facilidad con la que los topos construían sus galerías subterráneas, sobre todo en los prados de la mitad occidental de la cordillera Oretana. En cuanto al musgaño de cabrera, se decía que vagaban por los prados húmedos y que mordían al ganado, creándoles trastornos mentales.
- La musaraña común y musarañita: especies que se adaptan mejor a los medios xerófilos –zonas más secas y con menor humedad–, y que, por tanto, han mantenido su población.
- Roedores:
- Ratas: existen dos especies del género Rattus: la rata común o parda (Rattus norvegicus) y la rata negra (Rattus rattus). Se diferencian principalmente en sus preferencias a la hora de escoger el hábitat.
- Los ratones y topillos: son las especies de pequeño tamaño, como los ratones y topillos, las que ocupan la mayor parte de la biomasa de roedores del parque. El ratón de campo es el que más notoriedad tiene.
- Carnívoros: en Cabañeros, existen 10 especies de carnívoros, unas demasiado abundantes y otras que se consideran como raras y que apenas se conocen. El orden comenzando por las más numerosas es:
- Zorro: se alimenta, principalmente, de la carroña generada por ciervos y jabalíes, muy abundantes en el parque y que yacen por enfermedades, caza, inanición, etc.
- Garduña: para la garduña, el conjunto de los mamíferos suponen casi el 50 por ciento de sus necesidades tróficas en el parque.
- Jineta: la dieta de la jineta se compone principalmente de micromamíferos.
- Gato montés: se alimenta casi en tu totalidad de mamíferos. Dentro de los lagomorfos, los conejos y las liebres tienen presencia en la mitad de las muestras, y con un 53,8 por ciento del alimento consumido, forman la base de su aporte energético.
- Tejón:
- Meloncillo:
- Lince: se están realizando excelentes labores para repoblar esta especie tan singular, mediante acciones como la mejora del hábitat y la introducción de nuevos ejemplares.
- Nutria: su población más importante se asienta en el río Estena, en el oeste de Cabañeros, y mantiene su densidad hasta su desembocadura en el embalse del Cíjara, en la provincia de Badajoz.
Aves
Las poblaciones de distintas especies que conviven en un mismo hábitat forman conjuntos organizados denominados <<comunidades>>. El hábitat es el lugar donde vive una comunidad y que reúne una serie de características ambientales (clima, factores bióticos, suelos, etc.) que afectan al desarrollo de la vida de los organismos. Los hábitats que existen en el parque para clasificar las comunidades de aves son:
- Bosque esclerófilo: Petirrojo (Erithacus rubecula), Mirlo (Turdus merula), Pinzón común (Fringilla coelebs), Verdecillo (Serinus serinus), Acentor común (Prunella modularis), Pardilla común (Carduelis cannabina), Sílvidos (Sylviidae, familia de aves paseriformes que contiene principalmente pequeños insectívoros) ,Páridos (Paridae, familia de aves paseriformes).
- Bosque caducifolio: las especies de aves que ocupan las zonas de rebollares suelen ser de afinidad atlántica. Destacan por su abundancia los páridos, y entre estos, el Herrerillo común, junto con el pinzón vulgar y el petirrojo. Otras especies en menor densidad son: Pico picapinos (Dendrocopus major), Mirlo común (Turdus merula), Trepador azul (Sitta europaea), Agaetador común (Certhia familiaris), Picogordo (Coccothraustes coccothraustes), Arrendrajo (Garrulus glandarius), Escribano montesino (Emberiza cia).
- Matorrales: la familia de aves más presente en los matorrales son los sílvidos. De hecho, tan solo 3 especies constituyen el 80 por ciento de la comunidad del matorral. Son las siguientes: Curruca rabilarga (Sylvia undata), Curruca carrasqueña (Sylvia cantillans), Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala). Existen otras especies con menor abundancia como: Herrerillo (Cyanistes caeruleus), Mito (Aegithalos caudatus), Mirlo (Turdus merula), Pinzón (Fringilla coelebs), Perdiz roja (Alectoris rufa) siempre cerca de los caminos y cortafuegos, Cogujada montesina (Galerida theklae), Totovía (Lullula arborea).
- Dehesas: la avifauna nidificante de las dehesas está constituida por grupos de pocas especies, por ejemplo: Triguero (Miliaria calandra), Gorrión moruno (Passer hispaniolensis), Abejaruco (Merops apiaster), Carraca (Coracias garrulus), Abubilla (Upupa epops), Alcaudón real (Lanius excubitor), Alcaudón común (Lanius senator), Críalo (Clamator glandarius). En la zona zur del parque, existe una colonia de cigüeña común (Ciconia ciconia). Sus grandes y voluminosos nidos crían algunas especies, como la grajilla (Coloeus monedula) y el gorrión común (Passer domesticus).
- Herbazales: la mayoría de las aves durante el invierno son granívoras y fitófagas, como el sisón (Tetrax tetrax) y la calandrina(Melanocorypha calandra). Estas especies suelen formar bandos muy notables, al igual que otras especies pequeñas insectívoras, como la bisbita común o pratense (Anthus pratensis) o el colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus), y otras especies polífagas como la urraca. Otra ave que destaca es la lavandera blanca (Motacilla alba), astuta y consumidora de la fauna sublapidícola (debajo de las piedras) que se levanta tras la remoción de los tractores. También aprovechan zonas labradas: la alondra (Alauda arvensis), el gorrión moruno (Passer hispaniolensis) y el pinzón vulgar (Fringilla coelebs).
- Ríos: en el río Estena: Mirlo acuático (Cinclus cinclus), Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea). A finales de agosto puede encontrarse un grupo pequeño de cigüeña negra (Ciconia nigra) que, en concentración postnupcial, aprovecha las concentraciones de fauna acuática que quedan en las pozas. Cabe destacar también la presencia del martínpescador (Alcedo atthis) en otoño e invierno. En el río Bullaque: Cigüeña negra (Ciconia nigra), Martín pescador (Alcedo atthis), Ánade real o azulón (Anas platyrhynchos), Polla de agua (Gallinula chloropus).
- Humedales: Agachadiza común (Gallinago gallinago), Avefría (Vanellus vanellus), Chorlito dorado (Pluvialis apricaria), Codorniz (Coturnix coturnix), Ánade real (Anas plathyrynchos), garza real (Ardea cinerea), Ruiseñor bastardo (Cettia cetti), Escribano soteño (Emberiza cirlus).
Reptiles y anfibios
El parque alberga un total de 13 anfibios y de 19 reptiles. Es un dato importante que demuestra la riqueza faunística de este lugar, pues supone un 60 por ciento del total de las especies de anfibios y un 50 de las especies de reptiles presentes en toda la península ibérica. Además, seis de ellos son endemismos ibéricos:
- Lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi)
- Tritón ibérico (Triturus boscai)
- Tritón jaspeado pigmeo (Triturus pygmaeus)
- Eslizón ibérico (Chalcides bedriagai)
- Sapo partero ibérico (Alytes cisternasii)
- Sapillo pintojo (Discoglossus galganoi)
- Galápago leproso (Mauremys leprosa)
- Gallipato (Pleurodeles waltl)
- Salamanquesa común (Tarentola mauritanica)
- Culebrilla ciega (Blanus cinereus)
- Lagartija colilarga (Psammodromus algirus)
- Lagartija colirroja (Psammodromus hispanicus)
- Lagarto ocelado (Lacerta lepida)
- Culebra bastarda (Malpolon monspessulamus)
- Culebra de herradura (Coluber hippocrepis)
- Culebra de cogulla (Macroprotodon)
- Sapo de espuelas (Pelobates cultripes)
- Lagartija ibérica (Podarcis hispanica)
- Lagartija cenicienta (Psammodromus hispanicus)
- Culebra de escalera (Rhinechis scalaris)
- Culebra viperina (Natrix maura)
- Víbora hocicuda (Vipera latastei)

Håkan Bergknut / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)
Ictiofauna
Los peces de agua dulce son los grandes desconocidos, a pesar de que alrededor del 75 por ciento de nuestras especies son endémicas, característica que ninguna otra fauna europea es capaz de igualar. Esto se debe, principalmente, a la dificultad de dispersión por parte de los peces de agua dulce y su aislamiento dentro de la península respecto a las faunas europeas y africanas, desde hace 5 millones de años, con la configuración de los Pirineos y la apertura del estrecho de Gibraltar.
Cuenca del Guadiana
La cuenca del Guadiana, junto con la del Guadalquivir, es la que ofrece mayor diversidad de la península. Especies como el jarabugo (Anaecypris hispanica) o el barbo cabecicorto (Barbus microcephalus) son exclusivas de estos ríos. Otras, en cambio, son endémicas de la península ibérica, por ejemplo: barbo comizo (Barbus comiza), barbo mediterráneo (Barbus guiraonis), la pardilla (Rutilus lemmingiis), el cacho (Leuciscus pyrenaicus), la boga (Chosndrostoma polylepis), el calandino (Tropidophoxinellus alburnoides), el barbo gitano (Barbus sclareti), la colmilleja (Cobitis paludica) y el fartet (Aphanius iberus), este último estaba tradicionalmente presente en el Guadiana aunque no es seguro en la actualidad.
La ausencia de presas en el curso bajo del Guadiana lo permite ser el único de los grandes ríos de la península que alberga abundantes poblaciones migradoras, como son la anguila (Anguilla anguillla), el sábalo (Alosa fallax), la alosa (Alosa alosa) y la lamprea marina (Petromyzon marinus). La cuenca del Guadiana presenta una fauna que une elementos de origen europeo, como los bogas y cachos, y africano, como las diferentes especies de barbos.

Tiu Cancho / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)
El río Estena
El río Estena cuenta con una fauna rica en especies autóctonas, incluyendo la presencia del jarabugo, una de las especies más amenazadas de la fauna europea. De hecho, de toda la ictiofauna de este río, más del 50 por ciento pertenece a alguna categoría amenaza. Algunas de ellas han desparecido, como las poblaciones de trucha Salmo trutta, seguramente debido al exceso de pesca.
El río Bullaque
En el río Bullaque, las especies autóctonas más débiles desaparecieron, entre ellas el jarabugo, dejando paso a una mayor diversidad de especies exóticas, que suponen en torno al 50 por ciento:
- Asiáticas: carpa y carpín.
- Norteamericanas: gambusia, black bass y pez sol.
- Distribución en centro Europa, Asia y América del Norte: lucio.

Reaperman / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)
Bibliografía:
- Vicente García Canseco (Coor.) (1997). Parque Nacional de Cabañeros. Madrid, España: Ecohábitat.
- Perea García-Calvo, R., Perea Ruiz-Tapiador, D., Giménez Velasco, G.F. (2015). Vegetación y flora del Parque Nacional de Cabañeros. Volumen I. El paisaje vegetal: ecología, conservación y rutas de interés geobotánico. Madrid, España: Editorial Solitario
- Rodríguez Fernández, Roberto (Ed.). (2017). Parque Nacional de Cabañeros. Guía geológica. Madrid, España: Instituto Geológico y Minero de España.