Antes de nada, es importante recordar que los fósiles presentes son patrimonio histórico y están amparados por la ley, por lo que no deben tocarse ni trasladarse, por muy buena intención que se tenga para evitar su deterioro erosivo. Además, la importancia de su estudio está ligada a su entorno y contexto, incluso a veces este mucho es más determinante en los estudios paleontológicos. Conclusión, no los toques.

Las investigaciones paleontológicas más recientes del Parque Nacional de Cabañeros han mostrado la riqueza de sus formaciones ordovícicas. Esta particularidad no implica que el resto de materiales aflorantes de periodos previos o posteriores al Ordovícico carezcan de importancia dentro, sino que, más bien, no existen, a día de hoy, estudios que amplíen esta información. 

Todos los fósiles presentes en Cabañeros pertenecen a la edad paleozoica y son de origen marino. Se pueden distinguir tres grandes grupos en función de su naturaleza y al material pétreo en el que se encuentran fosilizados: icnofósiles, restos esqueléticos y microfósiles de pared orgánica (palinomorfos).

Icnofósiles 

Son señales o trazas en las rocas sedimentarias que registran la actividad biológica y pueden mostrar la morfología del organismo que las produce. Estas pistas fósiles tienden a conservarse en rocas cuarcitas, areniscas y limolitas. En muchos casos es difícil identificar el organismo generador de la huella.

En Cabañeros, la mayoría de los icnofósiles aparecen en la parte inferior de los bancos de cuarcita y areniscas, pertenecientes a las Areniscas de Azorejo o a las tres unidades del ordovícico basal. Esto se debe, por un lado,  a que es más fácil que una huella se conserve si se recubre con rapidez por una capa de arena fina y homogénea; y por otro, a que una vez litificados ambos sedimentos, la roca arenisca o cuarcita ofrece más resistencia a la erosión que la original (lutita o pizarra) donde se excavó. Por tanto, lo que se aprecia es un molde en relieve inverso a la traza original producida por el organismo,  sobre una superficie determinada que limita entre dos tipos distintos de sedimentos que responden de forma desigual a la erosión. Todos los icnofósiles representados en el plano horizontal obedecen a este proceso. Aunque también se pueden encontrar pistas fósiles en otros planos, como las que pertenecen a organismos que viven enterrados verticalmente en el sustrato o que lo excavan en cualquier trayectoria para hallar alimento.  

Restos esqueléticos

Son restos de conchas, caparazones, zoarios, etc. preservados como moldes en las rocas arcillosas, como las pizarras, una vez extinguido el material original que los mineralizaba en las fases finales de la diagénesis, el proceso por el cual el sedimento se transforma en roca. 

La mayoría de los restos corresponden a trilobites, moluscos o braquiópodos. Se trata de esqueletos que se mineralizaron en un principio en carbonato o fosfato cálcico y que, posteriormente, se disolvieron en el seno de la rocas siliciclásticas que los contienen, debido a las diferencias químicas de ambos elementos.  De ahí que los actuales fósiles de Cabañeros representan solo las marcas o huellas que quedan de los restos de estos organismos en la roca antes de su completa desaparición.  

Cuando se abre una roca y se encuentra un fósil, aparecen dos partes semejantes del mismo fósil. Una corresponde a la cara interna del resto, esto es, un molde interno convexo formado al rellenarse el interior de la cavidad del resto orgánico; y la otra reproduce la cara externa, de forma cóncava que refleja un calco de la estructura externa del organismo. 

Microfósiles de pared orgánica o palinomorfos

Son pequeños fósiles que solo se pueden apreciar mediante un microscopio electrónico. Para hallar estos fósiles se requieren lentos y laboriosos procesos químicos de separación de las rocas sedimentarias. 

Clasificación de los fósiles de Cabañeros según sus unidades paleozoicas

Pizarras del pusa

Son los materiales más antiguos del parque, y albergan en su mitad inferior distintos niveles con icnofósiles y microfósiles de pared orgánica, relativos al Precámbrio y el Cámbrico. Las Pizarras del Pusa son mundialmente conocidas dada su importancia a la hora de estudiar esta transición de periodos en el continente europeo. 

De hecho, cercana región de La Jara, en la parte inferior de la unidad, coexisten icnofósiles cámbricos, microfósiles de pared orgánica o megafósiles del precámbrico. Los icnofósiles están formados por marcas de desplazamiento lateral de artrópodos, en los que se aprecian arañazos paralelos de Monomorphichnus lineatus o asimétricos en serie doble de Diplichnites,y de huellas que pertenecen a seres vermiformes (forma de gusano) que se desconocen con cuerpo blando y ágiles en movilidad, como son Cochichnus, Gordia, Neonereites, Phycodes, Planolites, Torrowangea, Treptichnus, etc. Estos últimos también aparecen con abundancia dentro de Cabañeros en la parte superior de la unidad. 

Por su parte, los fósiles de pared orgánica presentes en La Jara, en la parte inferior de la unidad, son acritarcos cianobacteriales o bacteriales (Sphaerocongregus) y megaversículas carbonosas que fosilizan en grupos con una morfología semejante a Beltanelloides. Estos fósiles ocupan grandes amplias superficies de estratificación en sedimentos típicos de ambientes marinos disaeróbicos (que contienen poco oxígeno), por tanto, podrían pertenecer a un grupo indeterminado de organismos quimiosintéticos.

Areniscas del Azorejo

Es una unidad muy abundante en icnofósiles. Se pueden localizar casi todas las formas identificadas en la unidad infrayacente, aunque también se encuentran trazas oblicuas y perpendiculares a la estratificación, como los tubos cortos de Skolithos, Diplocraterion, y Monocraterion. Asimismo, aparecen huellas bilobuladas de artrópodos  de pequeñotamaño, como Cruziana (huella de reptación, la que dejan los reptiles al arrastrarse), marcas de reposo Rusophycus, o pistas unilobuladas complejas (Scolicia, Plagiogmus). 

rizaduras del boquerón estena
Rizaduras, huellas del oleaje.

El Astropolichnus hispanicus es el icnofosil más característico de las Areniscas de Azorejo. Parecido a la huella de anclaje que deja un celentéro de comportamiento similar a las actuales anémonas marinas que viven semienterradas, este icnofósil presenta una estructura circular con entre 25 y 40 crestas radiales, de cuyo centro surge una excavación cilíndrica que se inserta en el sustrato arenoso. Su presencia permite localizar la base del piso Ovetiense del Cámbrico inferior, pues coincide con la presencia de los fósiles trilobites más antiguos.  Este piso junto con el Corduviense forman parte de la escala cronoestratigráfica mediterránea que deriva de estratotipos españoles, que provienen de los nombre romanos: Oviedo y Córdoba. Por otro lado, el Cordubiense reproduce el Cámbrico basal <<pre-trilobítico>>, cuyo comienzo es visible en la parte superior de las Pizarras del Pusa e inferior de las Areniscas del Azorejo, y su final, cuando aparecen Astropolichnus, que marcan el inicio del Ovietense. 

Ilustración de antigua anémona marina
Ilustración de antigua anémona marina

anémonas Boqueron Estena paleontología
Huellas de anémona marina
(son las formas circulares en la roca)

Las unidades del Ordovícico basal

Aunque la base del Ordovícico se caracteriza por ser la línea divisoria que marca el comienzo y la abundancia de los fósiles paleozoicos, en la zona inferior siguen apareciendo con frecuencia asociaciones de icnofósiles, en las que destaca la pista de reptación de artrópodos –probablemente trilobites– ya mencionada, Cruziana. Son huellas marcadas por dos lóbulos paralelos en relieve con crestas oblicuas que se trazaron en sedimentos blandos, creando un doble surco, hoy apreciable en relieve inverso en la parte inferior de los estratos de cuarcita. En Cabañeros se pueden ver 5 tipos distintos de Cruziana.

Cruziana en el Boquerón del Estena
Cruziana en el Boquerón del Estena

El prestigioso ingeniero del siglo XIX, Daniel Francisco de Paula Cortázar y Larrubia, ya dejó constancia en 1880 de la abundancia de Cruziana en Cabañeros: 

En las cuarcitas <<…no faltan las impresiones fósiles […] de Cruzianas, habiendo sitios en los que se pueden recoger cuantos ejemplares se deseen, cual sucede […] sobre todo en el puerto conocido, haciendo sin duda a los fósiles, con el nombre de Espinazo del Can, sitio entre Retuerta y Horcajo de los montes, de donde pudieran sacarse los ejemplares por toneladas>>.

Los icnofósiles del Ordovícico inferior proliferan en las unidades identificadas como Capas Intermedias, Cuarcita Armoricana y Capas de Marjaliza, sobre todo donde existen variaciones de estratos duros y blandos (tramos heterolíticos). Aparte de las Cruziana, en la cuarcita se encuentran con frecuencia otras pistas horizontales como Monomorphichuns y Diplichnites (arañazos producidos por artrópodos), Planolites y Palaeophycus (huellas cilíndricas cortas), Didymaulichnus (marca pequeña bilobulada de superficie lisa), Rusophycus (huella de reposo de trilobites con forma ovalada) y Arthrophycus (huello de un lóbulo con sección cuadrangular y marcas transversales). En cuanto a las pistas verticales encontradas en otros tramos de la sucesión, cabe destacan skolithos (conjuntos de tubos rectos que llegan a superar el metro de longitud atravesando varios estratos) y Daedalus (huella cónica que surge en el interior de la cuarcita, en secciones paralelas al plano de estratificación). 

Los restos fósiles son poco comunes en las unidades cuarcíticas del Ordovícico inferior por su difícil preservabilidad. Tan solo se encuentran, en las Capas Intermedias y de Marjaliza del Boquerón del Estena, algunos lingúlidos (Braquiópodo inarticulado) junto con con algunos trilobites sin clasificar, estos a partir de la Cuarcita Armoricana superior. 

En el Ordovícico medio, se encuentran bastante abundancia de restos fósiles en los materiales pizarrosos, llamadas, Capas con Tristani: Trilobites, braquiópodos (articulados e inarticulados), moluscos (Bivalbos, cefalópodos, gasterópodos, hiolítidos, rostroconchas) graptolitos, equinodermos (crinoides, diplopóridos, homalozoos, ofiuroides), briozoos, conuláridos y ostracódos, con más de 250 especies identificadas. Los yacimientos con mayor presencia de fósiles son los sinclinales de las Pizarras de Navas de Estena, de Viñuelas y de la Chorrera. También aparecen con frecuencia microfósiles orgánicos, como quitinozoos y acritarcos, aunque están en peor estado por el metaformismo regional, e icnofósiles desarrollados en plano horizontal en las Areniscas de los Rasos y las de Retuerta

Las Capas de Tristani han permitido, por un lado, realizar estudios muy precisos de sus unidades integrantes en relación con los pisos Oretaniense y Dobrotiviense, y por otro, fijar relaciones biogeográficas con regiones actualmente muy lejanas como Afganistán o Argentina que en épocas pasadas formaban un solo continente; Gondwana.

Los trilobites 

Son artrópodos marinos con caparazón articulado que se divide en tres lóbulos, de ahí su nombre. Gracias a las numerosas mudas periódicas de su exoesqueleto (exubio, cubierta exterior o cutícula), es el fósil más abundante de las pizarras. Las formas más comunes en el parque son los calimenáceos, en especial, el género Neseuretus, del cual, de una de sus especies –Neseuretus tristani–, proviene el nombrede Capas con tristani, conjunto de materiales del Ordovícico medio. Existen otros grupos con gran presencia como los asáfidos (Asaphellus, Isabelinia, Nobiliasaphus), los ilénidos (Ectillaenus giganteus) y los queirúridos (Placoparia).

Fosil de Trilobites
Fosil de Trilobites
recreacion real trilobites
Recreación real de Trilobites
Trilobite_tracks_at_World_Museum_Liverpool.JPG: Rept0n1xderivative work: JMCC1, CC BY-SA 3.0
Cruziana sobre cuarcita en el Boquerón del Estena
Cruziana sobre cuarcita en el Boquerón del Estena
Ilustración lateral de la formación de la cruziana por el trilobites
Ilustración lateral de la formación de la cruziana por el trilobites
Ilustración frontal de la formación de la cruziana por el trilobites
Ilustración frontal de la formación de la cruziana por el trilobites

Los braquiópodos 

Cabe resaltar también la alta presencia de braquiópodos en Cabañeros, entre los que destacan los órtidos, que cuentan con una válvula y una estructura de pliegues radiantes. 

Equinodermos

El grupo más común son los cistideos diplopóridos, organismos sésiles (sin pendúculo) piriformes (forma de pera) que tienen esquelto formado por placas con múltipels canales. 

Moluscos

Los bivalvos son los más frecuentes en Cabañeros. Vivían semienterrados en el sedimento. Algunos ejemplos son Redonia, con valvas convexas y un tabique interno cercano al extremo anterior; Coxiconcha, que tiene forma de almendra; o Praenucula,  con varias válvas articulas articulas gracias a una hilera de dientes muy pequeños.

Graptolitos

Por último, no hay que olvidarse de la presencia de graptolitos en la parte inferior de las Pizarras de Navas de Estena y en niveles cercanos a las Capas de Marjaliza infrayacentes. Estos formaban colonias planctónicas de esqueleto proteico, y la especie principal era Didymograptus, con forma de diapasón. 

Bibliografía:

  • Isabel, Rábano. (1997). Geología Paleontología. En Parque Nacional de Cabañeros (pp. 51-76). Madrid, España: Ecohábitat.