Flora de Cabañeros
Índice
Introducción
Cabañeros es, con seguridad, una de las mejores representaciones del bosque mediterráneo en la península ibérica. Su valor natural reside en una mezcla de agentes geológicos, ecológicos y antropológicos que han influido a lo largo de la historia en este escenario único. Su vegetación está compuesta por una gran variedad de paisajes muy diferentes entre sí, como bosques umbrosos, sistemas adehesados, matorrales ralos, comunidades sobre rocas, bosques de galería o vegetación acuática. De hecho, alberga, al menos, 32 hábitats de interés comunitario, incluidos en la Directiva Hábitat 92/43/CEE de la Unión Europea.
En esta sección de la flora de Cabañeros analizaremos las principales comunidades vegetales teniendo en cuenta su composición florística, distribución espacial, su ecología y su conservación. El objetivo es interpretar el paisaje en función de variables como la altitud, la exposición, a topografía o la acción del hombre.
El medio físico
El medio físico es determinante en el entorno vegetal. Factores como la climatología, la geología y la topología influyen en las especies vegetales, y nos permiten entender la presencia o ausencia de estas en un lugar específico. Los factores pueden ser:
- Abióticos: clima, suelo…
- Bióticos: acciones de otros seres vivos, animales o humanos.
Climatología y bioclimatología
El clima del parque es mediterráneo, caracterizado por un periodo largo de sequía estival –de tres a cinco meses–, con altas temperaturas y con precipitaciones irregulares, en función de la frecuencia y origen de las borrascas. Encontramos, por tanto, años con menos de 200mm anuales y otros que superan los 1000mm. La zona más lluviosa del parque es la occidental, por donde se adentran las borrascas más activas.
Sin embargo, el clima mediterráneo de cabañeros está matizado por la presencia de los montes de Toledo de orientación este-oeste y la propia localización del parque en la península ibérica. Su proximidad relativa con el océano Atlántico provoca un gradiente de precipitaciones y otro de termicidad, ambos vinculados a la entrada de vientos atlánticos, que suponen la mayor aportación de lluvias.
Los vientos que producen las lluvias principales en Cabañeros se denominan <<ábregos>>. Son vientos húmedos que proceden del suroeste y que disminuyen según avanzamos hacia el este. En verano, el anticiclón de las Azores se desplaza hacia el norte hasta nuestra latitud y genera una barrera que anula la entrada de borrascas del oeste.
La altitud juega un papel fundamental en el registro de precipitaciones y temperaturas. La estratificación térmica del parque se puede conocer mediante el gradiente adiabático seco. El gradiente adiabático seco establece que cuando un volumen de aire se ve obligado a ascender (por una elevación del terreno, por ejemplo), este se enfría, sin perder energía en forma de calor.
Por tanto, en condiciones de presión y temperatura cercanas a la superficie terrestre, el gradiente adiabático nos indica que la temperatura desciende 1ºC cada 150 metros ascendidos, por lo que existe una diferencia aproximadamente de 5ºC entre las cotas más altas (~1400m) y las más bajas (~600m). Aunque en invierno puede suceder lo contrario: el efecto de inversión térmica, en el que la temperatura aumenta con la altitud. En las noches despejadas y frías invernales, el aire cercano a la superficie se enfría tan rápido que es incapaz de ascender. Y como la poca humedad que existe se concentra en los valles y zonas llanas, aparecen los famosos <<mares de nubes>> de Cabañeros.

Vicente García Canseco
Asimismo, existe un gradiente de precipitaciones que aumenta con la altitud, donde las lluvias aumentan en las elevaciones montañosas más destacadas, como en el Rocigalgo, a 1449 metros. Pese a que no hay grandes diferencias de altitud en los Montes de Toledo, los gradientes de temperatura y pluviometría han originado diferentes pisos de vegetación, más o menos singulares, conforme al desnivel existente.
Como conclusión, la zona más lluviosa de Cabañeros se da en cotas más altas de la parte occidental, concretamente en el entorno del macizo del Rocigalgo, cuya precipitación anual está en torno a los 1000 mm. Las precipitaciones en forma de nieve se suelen dar una vez al año en la cara norte de las primeras estribaciones de los Montes de Toledo, como en la Sierra del Castañar o en San Pablo de los Montes, incluyendo, por supuesto, el Rocigalgo. En cambio, la zona con menos lluvias se produce en el noroeste de la comarca, en los lugares refugiados de los vientos ábregos y situados a sotavento, donde las precipitaciones llegan a los 400 mm anuales.
Las depresiones interiores de Cabañeros, como los valles del Estena, Alto Bullaque o las Navas, se consideran las condiciones intermedias de la comarca, con unas precipitaciones cercanas a los 600 mm anuales, que nos sirven como referencia para determinar con detalle el clima de Cabañeros.
En lo referido a las temperaturas, estas presentan mayor continentalidad según nos acercamos al sector oriental, donde los vientos oceánicos tienen menos flujo. En consecuencia, se produce un aumento gradual de las temperaturas que va desde el noroeste al suroeste.
Dada la topografía ondulada del parque, existen diferentes vientos que varían según la temperatura y el momento del día:
- De día: vientos anabáticos, es decir, van desde los valles hacia las cimas, debido a que el calentamiento del aire en los valles es más rápido.
- De noche: sucede lo contrario, los vientos catabáticos, proceden de las laderas hacia los valles.
Sin embargo, el relieve apalachense de Cabañeros presenta una marcada dirección este-oeste que marca la existencia de dos orientaciones predominantes: la norte (umbría) y la sur (solana). Esta zonas reciben insolaciones tan contrastadas que afecta a la temperatura, a la cantidad de luz recibida y a la humedad de la superficie. La diferencia de exposición modifica el ecosistema, originando vegetaciones completamente distintas entre laderas.
La relativa continentalidad antes mencionada de la zona noreste, cerca de El Molinillo, es una característica destacable de Cabañeros. Hay una gran diferencia entre la oscilación de temperaturas mínimas y máximas anuales, que llega hasta los 45ºC. También ocurre con la diaria, que de media alcanza los 12ºC, llegando incluso a los 20ºC en primavera y otoño.
El termotipo es un índice que mide los parámetros térmicos, y el que predomina en Cabañeros se denomina mesomediterráneo. Aunque en las zonas más altas y frías como la del Rocigalgo existen enclaves supramediterráneos.
Entre los factores que afectan al desarrollo de la vegetación, es importante tener en cuenta que las temperaturas establecen las cualidades de la vegetación y su posible desarrollo. Por ejemplo, a menos de 7,5ºC la actividad vegetativa es tan limitada que apenas se incrementa la biomasa. Por otro lado, la exposición de luz define la energía recibida y la actividad fotosintética. Los datos de Cabañeros son los siguientes:
- Cabañeros recibe 2900 horas de insolación eficaz al año.
- Hay 40 días de helada, y se agudizan sus efectos los días que se produce la inversión térmica, generando las nieblas heladas o cencelladas.
- La humedad relativa es del 75% los meses invernales y llega al 30% en el mediodía de los meses estivales.
La propia forma de la vegetación puede crear variaciones en el clima, como las copas de las encinas (Quercus), que crean microclimas bajo ellas al no permitir la entrada de rayos de luz o al reducir la intensidad de las heladas, originando composiciones de especies herbáceas diferentes.
Geología, topografía y suelos
Geomorfológicamente, Cabañeros y Los Montes de Toledo muestran un marcado relieve apalachense. Estos se sitúan en sector suroriental de la zona centroibérica del Macizo Hespérico y contienen el núcleo de rocas antiguas del precámbrico y el paleozoico. Sus materiales se organizan en dos grandes conjuntos que configuran el relieve de Cabañeros:
- Basamento antiguo: materiales paleozoicos que forman las sierras y montañas.
- Cobertera subhoriental reciente: materiales procedentes de laderas y pidemoente que originan las rañas.
Las cuarcitas armoricanas son el esqueleto geológico de los Montes de Toledo. Son rocas metamórficas de gran dureza que resisten la erosión con facilidad durante millones de años. Tanto es así, que son las que han formado las sierras y los valles al perdurar en el tiempo frente a otros materiales más erosionables. Estos montes se formaron hace aproximadamente 300 millones de años, y entre los crestones cuarcíticos se cuelan cursos fluviales que dan lugar a algunos saltos de agua como El Boquerón del Estena o La Chorrera. Antes de su formación, las continuas transgresiones marinas dejaron numerosos fósiles marinos, entre los que destacan los trilobites, que podemos apreciar hoy en muchas de las rutas del parque.
El relieve de Cabañeros se puede simplificar grosso modo en cresta-ladera-valle para comprender la distribución de los principales tipos de vegetación:
- Crestas: corresponde a las zonas más secas (ambiente xérico), son las zonas más altas que apenas existe suelo.
- Valles: abarcan las zonas húmedas o higrófilas, con suelos de mayor profundidad, más evolucionados y más fértiles.
- Laderas: posiciones mesofíticas, zonas intermedias a las anteriores denominadas zonas de ladera o zonas llanas sin superávit de humedad.
Esta clasificación superficial permite ubicar de forma simplificada las comunidades vegetales. Dada la orientación este-oeste de las cadenas montañosas en los Montes de Toledo, otro factor para entender la distribución de la vegetación es la exposición de ladera, ya sea umbría o solana. En la primera exige más humedad mientras que la segunda es más resistente a la xericidad.
No obstante, es el suelo el que suministra el aire para respirar, el agua y los nutrientes necesarios para el desarrollo de la vegetación. Atendiendo a la fisiografía del terreno se dividen en dos:
- Zonas llanas:
- Suelos de rañas: suelos evolucionados de complejidad estructural, que contienen bastante arcilla y donde abundan gravas y cantos cuarcíticos. Son pobres en nutrientes (horizonte eluvial) y tienen poca pendiente. Muchos de ellos se cultivaron por su accesibilidad, provocando la pérdida de pequeños cauces fluviales por el bombeo de cantos rodados.
- Suelos higroturbosos: conformados por turberas, bonales y tremedales, se dan en zonas intramontanas, donde no hay erosión y se acumula la materia orgánica poco descompuesta. Son zonas mal aireadas que generan un tipo humus muy ácido llamado turba oligotrófica. Se suelen asentar taxones especializados, muchos de ellos protegidos, donde destacan los tremedales o mires de transición.
- Vinculados al cauce de los ríos:
- Sierras:
- Suelo pardo forestal o cambisoles dístricos: ricos en materia orgánica, presentan una estructura grumosa, permeable y muy enraizada. Son subhúmedos y componen los mejores suelos forestales en los que abunda el porte arbóreo, como quejiares, melojares, madroñales, encinares y alcornocales.
- Suelos ranker: suelos poco evolucionados con menos de 20 cm de espesor que se asientan sobre pizarras o sobre derrubios de ladera. Su capa más superficial es rica en materia orgánica y tiene una textura arenosa muy enraizada que se apoya en la roca disgregada. Se sitúan en zonas de mayor pendiente que los cambisoles con una vegetación más pobre, por lo general, arbustiva, como jarales, brezales o cantuesares.
- Litosuelos: son suelos esqueélticos formados por roca madre dura situados en las crestas de las sierras, donde la pendiente es muy elevada y la erosión constante no les permite madurar. Sobre ellos apenas hay vegetación, solo algunas especies fisurícolas y rupícolas como la clavellina de roca (Dianthus lusitanus).
Hidrografía
Cabañeros se sitúa casi en su totalidad en la cuenca Del Río Guadiana (95,5%, el resto corresponde a la del Tajo). La red hidrográfica del parque se compone de un millar de kilómetros de arroyos temporales y medio centenar de kilómetros de ríos permanentes.
Sus dos principales ríos son el Estena, cuyo nacimiento se da en el Rocigalgo y atraviesa 40 km del parque, y el Bullaque, situado en el extremo oriental del parque. El río Estena se encuentra en la parte occidental del parque, en zonas más intramontanas. Por su parte, el río Bullaque, con ligera pendiente, atraviesa la raña sin fuertes encajonamientos, salvo la Portilla de la Torre de Abraham.
Cabañeros y sus aledaños cuenta también con algunas laguras temporales entre las que destacan la Laguna Grande de Alcoba, la Laguna de la Raña de Horcajo –la más grande con 9.64 Ha– y la Laguna de los Cuatro Morros. Sus aguas son oligosalinas, es decir, tienen pocas sales disueltas, y carecen de nutrientes. Se crean en las rañas, donde la escasa pendiente y la alta impermeabilidad por su alto contenido de arcillas no permite el drenaje. Tienen carácter estacional y se secan por el mes de junio. Su profundidad no llega a los 80 cm, pero dan vida a una vegetación anfibia nada despreciable.
El paisaje vegetal: conceptos básicos
La vegetación o paisaje vegetal es el conjunto de comunidades vegetales, es decir, plantas, que habitan en un territorio determinado. La vegetación se refiere al conjunto de las comunidades vegetales. La flora, por su parte, responde al número y descripción de los taxones que habitan un lugar. Resumiendo:
- Vegetación: agrupaciones vegetales.
- Flora: listado de especies.
A continuación, definiremos brevemente los conceptos más utilizados para entender esta sección.
- Bioclimatología: disciplina que estudia las relaciones entre el clima y los seres vivos. El piso bioclimático es cada uno de los espacios que se suceden altitudinalmente, con las consiguientes variaciones de temperatura. Por ejemplo, en Cabañeros hay dos pisos bioclimáticos o termotipos: el mesomediterráneo, el más común, y el supramediterráneo, presente en las zonas más elevadas y frías como el Rocigalgo.
- Biogeografía: es la rama de la biología que estudia la distribución de los seres vivos sobre la tierra. Existen diferentes unidades jerárquicas. Cabañeros pertenece al Reino Holártico, región Mediterránea, subregión Mediterránea occidental, provincia Mediterráneo ibérica occidental, subprovincia-extremadurense, sector toledano-tagano, subsector oretano, distrito Montitoledano.
- Catena: conjunto de asociaciones vegetales contiguas afectadas por algún factor ecológico cambiante, ya sea al aumentar la altura o cambiar la humedad.
- Clímax: etapa final de la sucesión ecológica progresiva. Es la etapa más madura de una vegetación en el clima actual, sin atender los acontecimientos históricos o las acciones humanas. Es un sinónimo de vegetación zonal, y coincide con la vegetación potencial climatófila, que es aquella que solo aprovecha únicamente la humedad de las precipitaciones. En Cabañeros corresponde a los encinares, quejigares, alcornocales y rebollares.
- Comunidades edafohigrófilas: hace referencia a las comunidades vegetales que reciben mayor humedad porque su suelo dispone de más agua. Se debe a fenómenos de freatismo, provocado por la existencia anormalmente alta de agua o humedad en el suelo o subsuelo. Por tanto, presentan más humedad que las comunidades climatófilas.
- Comunidades temporihigrófilas: son comunidades que se encuentran entre las climatófilas y las edafohigrófilas, pues cuenta con aportes hídricos suplementarios, en especial, escorrentías (agua de lluvia que circula libremente sobre la superficie de un terreno). Son comunidades climatófilas llevadas al extremo, de hecho, a veces, se las denomina climato-temporhigrófilas. Un ejemplo típico de los Montes de Toledo son los pastos de Isoteo-Nanojuncetea sobre las navas (terreno llano encharcable) o los quejigares de Quercus faginea subsp. broteroi.
- Comunidades edafoxerófilas: comunidades que reciben menos humedad que las flimatófilas por condiciones las condiciones del suelo, como las comunidades rupícolas propias de los crestones cuarcíticos, las comunidades cacuminales de las cimas o los suelos descarnados.
- Comunidades permanentes: sinónimo de etapa paraclimácica o vegetación azonal, se trata de comunidades cuyo clímax (etapa de madura de la vegetación, bosques) no puede asentarse pero se mantiene en equilibrio con el medio. Tanto las comunidades edafohigrófilas como las edafoxerófilas, a veces, se encuadran en esta definición. En el parque corresponden a este grupo las turberas de suelos higroturbosos donde las zonas encharcadas impiden la entrada de oxígeno (anoxia) y el bosque no consigue instalarse. También las comunidades rupícolas o glerícolas en crestones y pedrizas donde hay poco suelo y abunda la roca madre.
- Comunidades seriales: vegetación inmadura que se encuentra en la etapa inferior al clímax. Pueden tratarse de comunidades poco evolucionadas o primo-colonizadoras, como jarales o cantuesares, o bastante evolucionadas, próximas al clímax, por ejemplo, madroñales, escobonales o lentiscares.
- Serie de vegetación: conjunto comunidades vegetales que se pueden situar en el mismo territorio corológico. En la actualidad en Cabañeros, la serie de la encina o del alcornoque es la dominante y se puede encontrar en etapa de clímax o en su etapa de sustitución, como jarales, escobonales, cantuesares o pastizales. Estas comunidades pertenecen a la serie de vegetación. Para nombrarla se utilizan dos taxones:
- El primero: pertenece a una especie característica o diferencial que permite diferenciar dos series cuyas comunidades climáticas estén dominadas por una misma especie.
- El segundo: corresponde a la especie dominante.
De esta forma se pueden distinguir, por ejemplo, los encinares luso-extremadurenses de Cabañeros, presentes en suelos ácidos, de los mánchenos situados en suelos básicos.
Encinares luso-extremaduresnes mesomediterráneos: Pyro bougaeanae-Querco rotundifoliae S. El nombre proviene de la especie dominante, la encina (Quercus rotundifolia = Q. ilex subsp. Ballota), y del piruétano (Pyrus bourgaeana), especie diferencial. Se modifican las terminaciones:
- Por lo general, -o para el género de la especie, por ejemplo: Quercus-Querco; Pyrus-Pyro. Terminación en -i, se es la 3ª declinación.
- El genitivo singular con el nombre específico (-ae para la 1ª declinación), por ejemplo: rotundifolia-rotundifoliae).
- Subserie o faciación: es un rango inferior a la serie de vegetación que tiene unas características similares a nivel ecológico y geográfico. Se diferencia de la serie por presentar unas características específicas, por ejemplo, los encinares son una serie de vegetación de los Montes de Toledo, mientras que los encinares termófilos constituyen una subserie de los anteriores por presentar unas características ecológicas diferentes, en este caso mayor termicidad y una distribución determinada (Sur de los Montes de Toledo), donde existen especies termófilas como Pistacia lentiscus.
- Vegetación potencial: es una vegetación que no progresa debido a la acción antrópica. Dentro incluye a las comunidades climáticas y permanentes. En Cabañeros, el enconar o alcornocal maduro sería un caso de vegetación potencial. No obstante la <<vegetación real>> o <<actual>> consecuencia de perturbaciones humanas (rozas, carboneo, incendios) puede ser, por ejemplo, un jaral.
Clasificación de las agrupaciones vegetales
Se dividen en tres grupos:
- Formaciones arbóreas: son los bosques o las agrupaciones más o menos espesas de árboles. Hay dos subgrupos:
- Formaciones arbóreas climatófilas
- Comunidades edafohigrófilas o bosques de ribera
- Formaciones arbustivas: agrupan tanto los arbustos que no superar los 7 metros y los matorrales. En la mayoría de los casos suelen mezclarse, de ahí la denominación.
- Comunidades de herbáceas: hay varios subgrupos debido a las diferencias morfológicas y ecológicas:
- Comunidades terofíticas: con especies de ciclo anual.
- Comunidades xeromesofíticos: especies perennes y anuales.
- Las dehesas: presentan dos estratos bien marcados: el dosel arbóreo y el estrato herbáceo.
Bibliografía:
- Vicente García Canseco (Coor.) (1997). Parque Nacional de Cabañeros. Madrid, España: Ecohábitat.
- Perea García-Calvo, R., Perea Ruiz-Tapiador, D., Giménez Velasco, G.F. (2015). Vegetación y flora del Parque Nacional de Cabañeros. Volumen I. El paisaje vegetal: ecología, conservación y rutas de interés geobotánico. Madrid, España: Editorial Solitario