Bosques

Introducción

Los bosque se entienden como el conjunto de árboles en espesura. En Cabañeros, es difícil encontrar un área geográfica exclusiva de estos, pues junto a ellos brotan ejemplares arbóreos, arbustos y otras especies herbáceas. Los bosques muestran etapa más madura y evolucionada de la vegetación.

La superficie arbolara del parque abarca el 51,21%. Existente zonas en las que se aprecian sus etapas de sustitución, donde cabe destacar las alteraciones –como incendios, carboneos o roturaciones– producidas por el hombre a lo largo del tiempo. No obstante, también ha favorecido determinadas especies arbóreas, consiguiendo un equilibrio en el sistema natural, como el caso de las dehesas, que albergan las mejores muestras arbóreas de muchos enclaves oretanos.

En Cabañeros, las formaciones arbóreas se distinguen en:

  • Bosques climatófilos y edafoxerófilos: destacan los encinares, alcornocales y rebollares.
  • Comunidades edafohigrófilas o los bosques de ribera: son bosques con mayor humedad en el suelo y los principales son las fresnedas, las alisedas y los abedulares.

También existen casos como los quejigares, que crecen tanto en umbrías cuya evaporación es menor como en áreas cuya topografía admite más humedad, incluso con encharcamientos. Se han denominado comunidades climato-temporihigrófilas, un híbrido de las comunidades climatófilas y edafohigrófilas.

Tanto la topografía de la exposición como los dos pisos bioclimáticos que existen en Cabañeros tienen influencia directa sobre los bosques. En la siguiente figura se muestra una distribución idealizada con particularidades y alteraciones, entre ellas, las antrópicas como las roturaciones, repoblaciones o incendios.

Asimismo, se aprecian las situaciones intermedias que originan formas mixtas, como es el casos de los encinares-alcornocales o encinares-quejigares. El grado de convivencia entre diferentes especies obedece a los factores abióticos, como la humedad, la temperatura o el suelo. Aunque la acción del hombre también es determinante, por ejemplo, favoreciendo las posibilidades de explotación, como las encinas (leña, carbón, mejor bellota, etc.)

Este proceso de favorecer especies esclerófilas (hojas endurecidas y perennes como encinas y alcornoques) se denomina esclerofiliación, y comenzó hace miles de años con incendios y pastoreo hasta el presente, produciendo pérdidas de suelo, debido a la reducción de la capacidad de retener agua.

Clasificación de los bosques de Cabañeros

Los bosques de Cabañeros se clasifican grosso modo en dos: los bosques climatófilos y los bosques de ribera.

Los bosques climatófilos y edafoxerófilos

Las comunidades edafohigrófilas: los bosques de ribera

Los bosques de ribera, denominados también comunidades ripícolas (ripa=ribera en latín), reciben más agua que las comunidades climatófilas. Pertenecen a las comunidades edafohigrófilas, cuyos suelos albergan mayor humedad.

Los ríos, arroyos y torrentes junto con sus entornos como vegas y barrancos del parque presentan distintas comunidades riparias, que varían según la geomorfología de lecho, la estacionalidad o el freatismo. Las aguas corrientes (lóticas) de Cabañeros se clasifican como aguas blandas, dada su baja escasez de nutrientes como el calcio o el magnesio. La humedad decrece según nos alejamos del cauce principal. Además, en este ambiente mediterráneo, son frecuentes los cauces discontinuos, es decir, estacionales que se secan por completo durante gran parte del año.

Cuando los aguaceros son intensos durante las lluvias de invierno o en tormentas de verano, existe una torrencialidad episódica y destructiva que puede originar grandes riadas. Esta condiciona las especies que aparecen, pues algunas resisten mejor las riadas que otras.

Los bosques ribereños se componen principalmente de especies caducifolias. Algunas presentan orígenes eurosiberiano y sus necesidades hídricas se compensan con la exitencia de capas freáticas próximas. En función de su distancia al lecho fluvial, dispondrá de una mayor humedad edáfica.

El ambiente mediterráneo de estos tipos de bosques de los Montes de Toledo propician la mezcla con especies esclerófilas submediterráneas con planifolias eurosiberianas. De esta manera, forman una cobertura arbórea espesa y lineal que crea un microclima más húmedo y más suave térmicamente. Los bosques que presentan estas características se les denomina: bosques de galería, donde el único lugar que queda sin vegetación es la propia lámina de agua. Estos bosques muestran una talla alta que sobresale del paisaje y señala el recorrido del cauce. El área que comprenden dentro del parque es pequeña, tan solo en las zonas de sotos, vegas y barrancos cercanos a los cursos fluviales.

Factores que determinan el tipo de formación

  • La ubicación del tramo. Puede ser tramo alto: corrientes más fuertes, pendiente mayor Y mayor erosión en el lecho; tramo medio-bajo: aumento de caudal, menos velocidad y mayor aporte de sedimentos y nutrientes.
  • El grado de humedad y temperatura debido a la altura y la exposición. De este modo, en tramos altos de entre 900 y 15000 metros encontraremos abedules o loreras; en los tramos medios, fresnedas y alisedas; y en los tramos bajos, choperas y tarayales.
  • La permanencia de las aguas.

Compuesto por las alisedas, las fresnedas, las loreras y los abedulares.

Bibliografía:

  • Vicente García Canseco (Coor.) (1997). Parque Nacional de Cabañeros. Madrid, España: Ecohábitat.
  • Perea García-Calvo, R., Perea Ruiz-Tapiador, D., Giménez Velasco, G.F. (2015). Vegetación y flora del Parque Nacional de Cabañeros. Volumen I. El paisaje vegetal: ecología, conservación y rutas de interés geobotánico. Madrid, España: Editorial Solitario