Comunidades de herbáceas

Introducción

Las especies herbáceas están constituidas por hierbas anuales y hierbas vivaces (perennes) y ocupan unas 4500 hectáreas del Parque Nacional de Cabañeros, un 11,7 por ciento de la superficie total. Este área incluye el estrato herbáceo que crece debajo de las grandes dehesas de la famosa raña del parque, la zona más extensa dominada por este tipo de formaciones. Estas suponen las últimas etapas de sustitución de los bosques climatófilos y edafohigrófilos que predominan en Cabañeros.

Las comunidades herbáceas de los Montes de Toledo, en especial, dentro del Parque Nacional de Cabañeros, son abundantes en los valles y en las zonas llanas, donde se encuentran en forma de cultivos agrícolas, hoy ausentes en el parque, o formando comunidades herbáceas autóctonas, como pastos artificiales. Su preservación obedece a la intervención antrópica (laboreo, incendios, quemas, pastoreo, etc.), que evita el reemplazo de estas comunidades por otras etapas de la sucesión ecológica como formaciones arbustivas y arbóreas. El ejemplo más claro es el paisaje subanoide de la Raña de Cabañeros, fruto de las roturaciones, carboneo y pastoreo por parte del hombre.

En la actualidad, el cultivo dentro de cabañeros es anecdótico y junto con el abandono rural ha provocado un lento proceso de matorralización, sobre todo en el ecotono de las zonas de monte y raña. Es en esta zona de transición donde existe una mayor probabilidad de llegada de propágulos de las distintas especies de matorral y donde puede apreciarse la incorporación de especies primocolonizadoras: cantuesos, jaras, etc.

Hoy en día, sin las alteraciones del hombre, estas comunidades se mantienen gracias al diente de los herbívoros silvestres, en concreto, los ciervos. De hecho, a estas comunidades se les denomina <<pastos>> ya que sirven como alimento de ganado y caza. No obstante, la mayoría de estas comunidades cubren parcialmente el suelo y y su desarrollo es efímero con baja calidad pastoral, lo que convierte a estos pastos en alimento de baja calidad.

Un ejemplo de estos pastos son las comunidades de terófitos –especies anuales que pasan la estación desfavorable en forma de semilla–, las que más proliferan dentro del parque y las que predominan la raña.

Existe otros pastos naturales como los majadales que ofrecen mayor calidad nutritiva y un periodo superior de aprovechamiento merced a sus especies perennes. Su conservación es favorecida por la paradoja pastoral, esto es, el consumo de una especie por parte del ganado hace que esta especie incremente su abundancia por la acción del pastoreo.

El parque Nacional de Cabañeros, existen, que se sepa, 20 alianzas que corresponden a 17 órdenes sintaxonómicos. Estas conforman más de 30 asociaciones de comunidades herbáceas. Según el biotopo y ecología de las especies vegetales que dominan en cada comunidad, se han clasificado de la siguiente manera:

  • Comunidades terofíticas: especies anuales.
  • Comunidades mesofíticas: especies vivaces o perennes.
  • Comunidades xeromesofíticas: especies anuales y vivaces.
  • Comunidades anfibias: geófitos y anuales en zonas de inundación temporal.
  • Comunidades higroturbosas: turfófilas de trampales y bonales.
  • Comunidades acuáticas: hidrófilos y helófitos sobre láminas de agua.
  • Comunidades rupícolas: casmófitos.

Clasificación de comunidades de herbáceas

Bibliografía:

  • Vicente García Canseco (Coor.) (1997). Parque Nacional de Cabañeros. Madrid, España: Ecohábitat.
  • Perea García-Calvo, R., Perea Ruiz-Tapiador, D., Giménez Velasco, G.F. (2015). Vegetación y flora del Parque Nacional de Cabañeros. Volumen I. El paisaje vegetal: ecología, conservación y rutas de interés geobotánico. Madrid, España: Editorial Solitario