Geología de Cabañeros
Índice
Por qué nos interesa la geología y qué importancia tiene.
La geología es una ciencia natural encargada de estudiar la composición y la estructura de la tierra y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo. Las primeras observaciones geológicas nacen en la antigua Grecia de la mano de Hesíodo, Tales de Mileto, Anaximandro y Pitágoras. De ahí, su nombre: geo- = tierra; logía = tratado, estudio, ciencia. Aparte de analizar las particularidades de la tierra, en la actualidad, la geología es de gran ayuda para las actividades humanas como la extracción de recursos minerales o energéticos, o para predecir los riesgos y desastres naturales. Pero no solo eso, la geología nos da pistas históricas del cambio medioambiental, las claves de la biodiversidad y la evolución de la vida del hombre desde la prehistoria.
Esta última idea es la que nos interesa y la que analizaremos para entender cómo se ha vertebrado la riqueza vegetal y animal de Cabañeros, cuyos procesos geológicos han influido de forma determinante.
Introducción geológica y conceptos básicos de iniciación
Cómo se divide la historia de la tierra
Antes de nada, debes saber que la historia geológica, en primer término, se divide en cuatro eones: Hádico, Arcaico, Proterozoico y Fanerozoico. Los tres primeros se suelen agrupar bajo un mismo supereón llamado precámbrico.
El Parque Nacional de Cabañeros comienza su viaje geológico a finales del Proterozoico y principios de Fanerozoico, hace alrededor de más de 500 millones de años, cuando la tierra estaba unida en un único continente llamado Pangea.
El Parque Nacional de Cabañeros ha desarrollado su historia geológica durante el Fanerozoico, es decir, en los últimos 541 millones de años. Para que te hagas una idea, observa el siguiente reloj cronológico. Cabañeros comienza en el paleozoico, primera de las tres eras del Fanerozoico.
Cómo puedes observar en la siguiente tabla, los cambios durante el Fanerozoico son más constantes, por ello, se han divido en periodos, épocas y edades. La tabla se lee de derecha a izquierda, es decir, la época más antigua corresponde al Precámbrico.
La composición y estructura de la Tierra
La tierra tiene 3 capas.
- Núcleo: compuesta principalmente de hierro y níquel.
- Manto: capa más extensa formada por rocas de magnesio y hierro.
- Corteza: se divide en dos: la continental, de 40km espesor y rica en sílice y aluminio; y la oceánica, de 6km espesor y con magnesio, hierro y calcio.
Según te adentras a la Tierra, la temperatura, la presión y la densidad suben. Según estos parámetros, hay 5 capas. Empezamos por el exterior.
- Litosfera: incluye corteza y parte del manto. Entre 100-200km.
- Astenosfera: 600km más y con partes semifundidas.
- Mesosfera: contiene el manto inferior hasta los 2900km y su estado es más sólido.
- Núcleo externo: capa líquida de 2270km compuesta por hierro y níquel que generan el campo magnético de la tierra.
- Núcleo interno: esfera sólida de 2432km de diámetro.
Las placas tectónicas
La litosfera se divide en placas rígidas que «flotan» sobre las partes semifundidas de la astenosfera. Estas placas se mueven y se chocan, ¿por qué?, por los cambios de temperatura y la gravedad. Me explico: al enfriarse un material, este gana densidad, y por tanto, tiende a descender. Cuando esto se produce, se eleva la corteza terrestre. Así nacen las cordilleras y montañas.
En esta web puedes ver la evolución de la tierra.
Las rocas
Ciclo de las rocas
El ciclo de las rocas es constante y circular. Cuando las rocas se funden debido a los cambios de temperatura en el interior de la tierra, se transforman en magma. Este, menos denso, sube a la superficie y se enfría, dando lugar a rocas que experimentarán cambios debidos a la erosión. Las partículas erosionadas son conducidas por los ríos o el viento, entre otros factores, a zonas llanas como las cuencas sedimentarias, donde esta acumulación formará rocas sedimentarias.
Algunas de las rocas sedimentarias se hunden, aumentando su presión y temperatura. Este exceso de calor produce roca líquida, es decir, magma, que a través del mismo proceso anterior, es expulsado a la superficie (volcanes).
Tipos de rocas
- Rocas ígneas: el magma. Se dividen según su lugar de formación: en la litosfera profunda, plutónicas; en la superficie, volcánicas.
- Rocas metamórficas: han sufrido transformaciones en estado sólido.
- Rocas sedimentarias: creadas por acumulación de sedimentos en las cuencas sedimentarias.
Meteorización
Las rocas se erosionan por su contacto con la atmósfera: lluvias, viento, etc. Al descomponerse, las rocas se alteran. Este proceso se llama meteorización y puede ser químico, físico o biológico, con el fin de crear un equilibrio con las condiciones medioambientales. Esta disgregación de los componentes de las rocas es la que forma los suelos y regolitos (capa de materiales no consolidados).
Tipos de meteorización:
Alteración física
- Descompresión: rocas del interior de la Tierra que se fragmentan por la presión del peso de las superiores.
- Expansión térmica o termoclastía: fisura de las rocas por los cambios de temperatura.
- Hidroclastía: rotura por la alternancia de humedad y evaporación.
- Haloclastía: el agua entra en la roca y se evapora, quedando sal, que cristaliza y aumenta su tamaño hasta fracturar la roca.
- Crioclastía o gelifracción: el agua entra, se congela, aumenta su volumen y rompe la roca.
Alteración química
- Oxidación: reacción de algunos minerales con el oxígeno.
- Disolución: mezcla de moléculas y átomos en un líquido.
- Carbonatación: dióxido de carbono se mezcla con agua y otros minerales.
- Hidratación: el agua se introduce en la estructura del mineral.
- Hidrólisis: la sustancia se descompone al contactar con agua. Es la más común.
- Bioquímica: la mezcla con agentes biológicos del suelo forman ácidos orgánicos.
- Laterización: se extrae el sílice (silicio más oxígeno) de la roca madre por agentes meteorológicos.
El suelo
Los suelos son capas superficiales de la corteza terrestre formadas por minerales, materias orgánicas (restos de animales y plantas), agua y aire. Son varios los factores que alteran su formación:
- El tipo de roca y el material que la constituye.
- El clima del lugar. A mayor humedad, mayor espesor.
- El transcurso del tiempo que lleva formándose.
- La vegetación y los animales que producen alteraciones químicas.
Capas del suelo
Los suelos se componen de capas llamadas horizontes que presentan unas características diferentes.
- Horizonte 0: parte superficial, hojas, ramas, restos vegetales.
- Horizonte A: raíces de la vegetación, color oscuro y formado de materia descompuesta llamada humus. Viven insectos.
- Horizonte B: carece de humus, color más claro, se depositan los materiales procedentes de arriba: arcillosos, óxidos e hidróxidos metálicos.
- Horizonte C: material rocoso alterado y fragmentado de la roca original.
- Horizonte D: material rocoso y compacto sin alteraciones químicas o físicas.
Geología de Cabañeros
Macizo Ibérico
El Parque Nacional de Cabañeros se encuentra en el antiguo basamento geológico llamado Macizo Ibérico o Hespérico, que ocupa la mitad occidental de la península ibérica. Está compuesto con materiales precámbricos y paleozoicos, con rocas de entre 600 y 300 millones de años. La mayoría de ellas son sedimentarias, como las pizarras o areniscas, que se crearon en los mares antiguos de los que emergió el parque.
En el paleozoico superior (Carbonífero-Pérmico), la colisión tectónica de los paleocontinentes Gondwana y Laurussiam, que formó la cordillera Varisca, causó metamorfismos en las rocas, transformándolas en rocas metamórficas como las cuarcitas o los esquistos. En el mesozoico, hace 250 millones de años, las masas continentales que se habían unido durante el paleozoico en único continente llamado Pangea se separan.
Entre los 250 y 100 años siguientes, Iberia es un continente único que colisionará con el resto del continente europeo entre los 60 y 25 millones de años, originando la cordillera de los Pirineos. Esta colisión provoca otros levantamientos en la corteza como: el Sistema Central, la Cordillera Cantábrica o los Montes de Toledo.
El macizo ibérico se divide en varias zonas, y Cabañeros se encuentra en el centro meridional de la más extensa, la denominada Centroibérica. Su sustrato geológico se compone de dos conjuntos:
- Un basamento antiguo bastante deformado y con rocas detríticas (clase de sedimentarias) asentadas en un ambiento marino entre el precámbrico y el paleozoico (entre -700 y -515 millones de años).
- Una cobertera (materiales sedimentarios que cubren otros más antiguos) marina de origen epicontinental, con alternancia de conjuntos cuarcíticos y pizarrosos depositados entre el Ordovícico y el Devónico (entre -477 y -370 millones de años). Este conjunto se aprecia en estructuras sinclinales (pligues de la corteza que muestran los estratos más recientes en su núcleo).
Estatigrafía de Cabañeros
Las rocas más antiguas de Cabañeros corresponden a sedimentos marinos compuestos por lutitas, que se denominan Pizarras de Pusa, y por alternancias arenosas, denominadas como Areniscas de Azorejo, muchas de estas contienen fósiles del cámbrico inferior (más de 515 millones de años). Todas estas rocas corresponden al final del ciclo Neoprotoceroico, y forman parte de un conjunto superior, pizarroso en la base y arenoso en el techo, plegado más tarde durante el cámbrico inferior, emergiendo del mar, y por lo tanto, expuesto a la erosión.
El basamento antiguo, que por aquel entonces aún pertenecía al continente Gondwana, sufrió una nueva ocupación marina a lo largo del Ordovícico inferior, haciéndose cada vez más profunda a medida iba avanzando sobre el continente. La consecuencia de esta transgresión marina es la sedimentación de nuevas rocas marinas que evolucionaron en ambientes costeros y en zonas neríticas (zona marítima próxima a la costa que no tiene contacto con el litoral) fangosas. Las zonas emergidas presentaban una mayor erosión al no existir todavía una capa vegetal protectora.
En esta plataforma marina, tanto en el Cámbrico como en el Ordovícico, viven algunos seres, aunque solo en este último periodo han dejado pistas de su existencia; pues, los seres del Cámbrico eran de cuerpo blando, mientras que los del Ordovícico están provistos de caparazones y conchas que se han mantenidos indelebles en los sedimentos, sobre todo, en las lutitas, actuales pizarras.
El sustrato anteordovícico
Se trata de los materiales sedimentarios más antiguos de Cabañeros, establecidos entre el paso del precámbrico al paleozoico. Se encuentran en la parte occidental del parque, en las depresiones intramontañosas que componen el núcleo de los anticlinales del Chorito, Cabañeros y Miraflores.
Las pizarras del pusa
Son una sucesión de limolitas gris verdosas con laminaciónes paralelas y constantes en el tiempo, con intercalaciones de bancos de areniscas y litarenitas que aumentan de espesor y en frecuencia según se aproximan al techo. Su espesor no sobrepasa los 600 metros y no contienen fósiles. Es a lo largo del río Estena, entre el arroyo del Maíllo y el vado dela Cuesta de la Vaca, hasta la casa de Garbanzuelo, donde mejor se aprecian. También aparecen en el arroyo de las Peralosas y en el Valle del Rubial. Su origen apunta a situarse en el límite inferior del Cámbrico.
Las areniscas del Azorejo
Situadas en áreas circundantes a las anteriores, son areniscas de cuarzo de color amarillento muy estratificadas que presentan estructuras sedimentarias típicas de ambientes marinos costeros, como rizaduras (ondulitas), y bastantes fósiles. Estos bancos de areniscas alternan pizarras arenosas, lutitas de colores más rojizos, limiolitas más oscuras y raros lentejones carbonatados.
Se aprecian con facilidad en el Boquerón del río Estena y a lo largo de su cauce, entre el vado de la Cuesta de la Vaca y el barranco de Valdelayegua. Su espesor aumenta desde los 600 metros visibles en la cercanía del Boquerón del Estena hasta más del doble al sur de Ciguiñuelas. Por sus características, las Areniscas del Azorejo pertenecen al cámbrico inferior, entre Terreneuviense y la serie 2.
La sucesión ordovícica
Sobre los materiales anteriores del cámbrico inferior, descansan en discordancia angular los materiales ordovícicos.
Esta discordancia es frecuente en todo el territorio europeo, sin embargo, es en el Parque Nacional de Cabañeros uno de los lugares donde mejor se aprecia a escala continental, precisamente en la sección del Boquerón del río Estena, subiendo unos 250 metros río arriba de su confluencia con el arroyo del Maíllo. También podemos observar otros afloramientos más fáciles de acceder en la carretera de Horcajo a Retuerta, en el sur del Puerto del Rubial y en las proximidades de la casa de Cabañeros.
Areniscas y conglomerados
Esta sucesión se compone de cantos redondeados con un diámetro de 0,5 a 2 centímetros que, a veces, puede alcanzar los 30, como sucede en la ladera norte de la sierra de los Bohonales. Los cantos son fruto de la erosión del sustrato superior, formado principalmente de cuarcitas y areniscas cámbricas y otros fragmentos como los exóticos de liditas, feldespatos y rocas carbonatadas.
El sector de conglomerados ofrece grandes variaciones laterales de espesor debido al relleno del paleorrelive preordovícico de carácter estuario. Su espesor máximo es de unos 50 metros y los afloramientos se disponen por todo el parque, más visibles cerca de la casa de Cabañeros, en el Boquerón del río Estena, en el flanco sur del anticlinal del Chorito, en las laderas norte de la serra de los Bohonales y en la sierra de la Majana.
Capas Intermedias
Sobre el tramo de areniscas y conglomerados, hay una transición hacia una potente sucesión de areniscas, cuarcitas y limonitas en bancos, de hasta 800 metros, que presentan unos tonos rojizos y purpúreos en sus afloramientos, y en los que se pueden ver restos de bioturbación (alteraciones en el sedimento por la actividad de los seres vivos) y rizaduras.
Aunque en un principio estas capas se atribuyeron sin demasiadas pruebas a finales del cámbrico, los últimos hallazgos de fósiles y la comparación con los ciclos de variación del nivel del mar a escala mundial han demostrado que pertenecen más bien a la edad o piso Floiense, posterior al Tremadociense, en el ordovícico inferior.
Cuarcita Armoricana
La siguiente capa superior, denominada Cuarcita Armoricana, se compone de bancos masivos de cuarcitas blancas que se alternan con paquetes finos de areniscas micáceas. En ellos podemos distinguir estructuras sedimentarias típicas del ambiente litoral, sin descuidar el gran número de icnofósiles (braquiópodos y palinoforfos) y bioturtaciones. Su espesor es, aproximadamente, 275 metros en el sinclinal de la Chorrera y 400 metros en la zona del Rocigalgo y Muelas, en el noroeste del parque.
La potencia individudal (espesor) de estos bancos abarca de 1 hasta 10 metros, y constituye el principal material constructor del relieve en los Montes de Toledo. Es, por tanto, el culpable de las alturas y alineaciones del montañosas del Parque Nacional de Cabañeros.
Capas de Marjaliza
El siguiente paso gradual es un relieve paralelo al anterior que está formado por una alternancia regular de cuarcitas, areniscas y pizarras en bancos delgados con tendencia más luitítica según se acerca al techo. En la base dentro de una capa delgada lumaquélica y microconglomerática, se encuentra una concentración incontable de conchas fragmentadas de braquiópodos organofosfáticos y decenas de miles moluscos bivalvos enterrados en vida. Mientras, en la zona superior de estas alternancias, con una potencia entre 125 y 250 metros, en ocasiones, aparecen niveles ferruginizados discontinuos con carácter microconglomerático, con minerales pesados radioactivos y elementos fosfatados biodetríticos.
Los registros fósiles apuntan a una edad floiense con ambientes litorales submareales sobre una plataforma en la que abundaban las tormentas, pues la lumaquela de bivaldos es resultado de un tsunami en las costas de Gondwana, producido seguramente por una explosión volcánica.
Las Capas de Marjaliza y la Cuarcita Armónica suelen presentarse asociadas morfológicamente en laderas que componen flancos sinclinales, debido a su contraste rocoso con relación a las pizarras blandas y friables de la parte superior. Asimismo, sus afloramientos coinciden con los de la Cuarcita Armónica, por lo que este conjunto se puede apreciar en las secciones naturales de las ya nombradas Capas Intermedias, y se añaden las de Las Chorreras de Muelas y en la carretera de Navahermosa al Portillo del Cíjara.
Pizarras de Navas de Estena
Las pizarras de Navas de Estena componen una formación regular de pizarras oscuras, de tonos azules oscuros en cuyo depósito se logran las cotas de inundación más altas en la plataforma marina próxima a Gondwana. Además, poseen un espesor importante, entre 500 y 800 metros en el ala septentrional de Parque y entre 350 y 400 en el meridional.
Hay que destacar una delgada intercalación de hierro oolítico cerca de la base, y la aparición de una unidad subordina de areniscas con forma lenticular, denominadas, Areniscas de los Rasos. Estas capas representan episodios violentos de tempestades que remueven los sustratos, introduciendo mantos de arena de las regiones litorales.
Gracias al extenso registro paleontológico, se han datado los diferentes tramos de la unidad de pizarras con precisión, que en este caso corresponden al Dapingiense y al Dobrotiviense. Además, el primero de ellos tiene su estratotipo internacional al sur de Navas de Estena, justo en las lindes del Parque.
Areniscas de Retuerta
Sucediendo a las pizarras de Navas de Estena, se encuentran las Areniscas de Retuerta, llamadas también Areniscas de la Cierva o Cuarcitas Botella, en cuyo seno se constata el tránsito de periodos entre el Darriwiliense y el Sandbiense. Se trata de una formación de areniscas micáceas colocadas en bancos y con estructuras sedimentarias propias de las tormentas. Tienen un color amarillento y presentan alternancias basales con pizarras arenosas azuladas. En su parte posterior aparecen bancos métricos de cuarcita que corresponden a tempestitas espesas.
En el extremo suroriental del parque, se puede distinguir el único afloramiento, el Morro de Palillos, a 623 metros, que se encuentra cerca del arroyo del Pocito. Esta unidad terminal junto con la inferior de pizarrazas forma un grupo en sentido litoestratigráfico que representa el Ordovícico medio (Darriwiliense y el Sandbiense), a escala del centro de la península. Se ha denominado informalmente como Capas de Tristani, haciendo alusión a la inmensa extensión estratigráfica y al gran número de uno de los fósiles de trilobites más extendido en el territorio.
La cobertera terciario-cuaternaria
Los materiales más recientes del sustrato geológico de Cabañeros son fruto de la evolución morfológica y tectónica del basamento antiguo. Estos materiales rellenan cubetas (cuencas de deposición) o depresiones de este basamento. Suelen asociarse a la red fluvial o componen formaciones de ladera vincualas con los procesos morfogenéticos recientes o relictos.
Son materiales que se erosionan con facilidad y que se extienden por la gran llanura suroriental del parque. Se trata de retazos discontinuos con apenas erosión en las depresiones intramontañosas y con muy poca presencia en las sierras.
Arenas, limos y arcillas versicolores
Son arcillas caoliníferas con niveles de cantos y concreciones carbonatas que cubren los suelos fersialíticos con paleoalteraciones, conservados por lo general sobre las pizarras del basamento antiguo. Su potencia no supera los 10 metros y la unidad colabora con el relleno de la llanura suroriental. Además, se encuentra bajo los mantos fluviotorrenciales típicos de esta área, que salen a la luz gracias tanto a los pozos excavados en ella como a los «barreros», donde se ha explotado para la fabricación artesanal de ladrillos y alfarería (como en el Rostro).
La unidad también aflora, aunque de forma discontinua y con espesores más reducidos, en las rañas orientales al río Estena, en el extremo occidental del Paque –Pajares de la Tejona y de la Higuera–, y en la depresión intramontañosa que constituye el núcleo del sinclinal de la Chorrera.
Su edad corresponde al Plioceno Piacenziense y su ambiente de depósito es palustre, es decir, posee características conjuntas de ambientes continentales y marinos. El clima, por su parte, es tropical húmedo con características monzónicas.
Las rañas
Están compuestas de sucesivas generaciones de mantos de acarreo, o sea, materiales traídos por el arrastre de las aguas o el viento. Se expanden en dos sentidos, por un lado, recubren las superficies planas o con poca inclinación hacia la red flucial actual; mientras, en sentido opuesto, ascienden en una inclinación progresiva hasta enlazarse con las vertientes de la sierras cuarcíticas, que establecen su origen, como se aprecia en el entorno de la llanura suroiental de Cabañeros con ejemplos como la Rañas del Espino, de la Viñuela, del Rostro, de los Pescados, de Valle Santiago, de la Cruz de Ramírez, del Pocito y de la Toledana.
En la parte occidental del parque, en las depresiones intramontañosas, las rañas forman plataformas inclinadas, de frente normalmente digitado y raíz desconectada del relieve generador debido a la erosión ascendente de los afluentes del río Estena, de tal forma que, a modo de escollera, se levanta hasta 100 metros sobre el cauce del río, como en la Higuera, Enebrillo o Valdetuerto.
En el área de las sierras, apenas quedan restos aislados, como es el caso de la salida oeste del Boquerón del Estena; el valle del Pero y en el Timoncillo en la zona norte; al pie del collado de los Acebuches en el sur; y los cercanos al núcleo del sinclinal de Utrera.
La litografía de las Rañas
Las rañas se componen de acumulaciones de bloque y cantos cuarcíticos rubefactados (que favorece la creación de suelos rojos y que contiene óxidos de hierro). A medida que se aproximan al relieve generador, aumentan su tamaño y su forma angulosa, mezclándose en una matriz arcilloarenosa rojiza y con segregaciones ferruginosas que a veces se acumula en la base generando auténticas cortezas ferralíticas.
En zonas más alejadas de estos relieves, los cantos son más redondeados, con matriz más arenosa y estructuras sedimentarias, propias de un medio fluvial de tipo trenzado. Mientras, en las áreas cercanas, todavía pueden identificarse los ápices de los abanicos torrenciales coalescentes (forma una pieza aunque esté compuesto por piezas de orígenes distintos) que las han creado. Sin embargo, lo habitual es que hayan desaparecido por la superposición de la red fluvial actual.
Su espesor no supera los 10 metros, excepto en zonas distales (alejadas del área fuente) que alcanzan los 25 metros. Estas muestran una erosión profunda, apoyándose tanto en la capa inferior: arenas, limos y arcillas versicolores como en el zócalo paleozoico.
Como conclusión, las rañas son depósitos aluviales de piedemonte vinculados con el desmantelamiento sufrido por la erosión del sustrato paleoalterado y de la cobertera sedimentaria más reciente. Este proceso tuvo lugar durante un episodio paleoclimático muy pronunciado que transformó el ambiente tropical húmedo en una sucesión alternante de periodos pluviales frescos y áridos cálidos, característica, por cierto, habitual en la historia climática del entorno mediterráneo. Las áreas fósiles indican que la edad de esta formación se corresponde a la transición del Plioceno al Pleistoceno.
Los rañizos
Bajo esta denominación popular se incluye un conjunto de diferentes depósitos sedimentarios: conos de deyección, glacis y plataformas mixtas. Se sitúan entre las mesas formadas por las rañas dentro de la gran llanura suroriental de Cabañeros y en las depresiones intramontañosas más occidentales colgados en forma de hombreras.
Su composición está formada por gravas cuarcíticas, en su mayoría procedentes de la removilizacion de las rañas cercanas, con menos arcillas y colores más claros. También presenta caracteres más fluviales según se alejan del área fuente de sedimentos. Esta capa, cuyo espesor no supera lo 5 metros, responde a una progresiva jerarquización de la red fluvial, con unas características muy similares a las actuales. La edad a la que corresponde es el pleistoceno inferior, dada su relación con las rañas y sus antecedentes en relación con los restantes depósitos vinculados a la red de drenaje.
Depósitos fluviales
Los depósitos fluviales están constituidos por las terrazas, las llanuras de inundación y los cauces contemporáneos. Se componen de materiales siliciclásticos que provienen de las rañas cercanas, como en el caso anterior.
Terrazas
Formadas por sucesivos escalones morfológicos con poca elevación sobre el cauce de la red fluvial actual. Llegan a tener hasta 3 escalones en 20 metros de desnivel. Se componen de extensas superficies cubiertas de gravas cuarcíticas de matriz arenosa, en tonos gris amarillentos y con un espesor que no suele superar los 5 metros.
Su presencia es característica de la zona más baja de la llanura suroriental del parque, que debido a su drenaje defectuoso y a la existencia de mantos freáticos, provocan depresiones encharcadas o húmedas, causantes de paludismo, que llegó a ser endémico en la región.
Este escollo en el drenaje coadyuva la concentración de sales de hierro que provienen del lavado de cortezas ferralíticas, pátinas, segregaciones y concreciones superficiales de las rañas circundantes. Este proceso origina cementaciones formadas por losas duras de conglomerados ferruginosos que pueden apreciarse en algunos escarpes de aterrazamiento.
Las terrazas nos permiten observar las sucesivas etapas de incisión, ensanche y relleno sufridas por los depósitos aluviales de las llanuras de inundación de la red actual que, por otro lado, son simultáneas a los ciclos climáticos pluviales. Estos, a su vez, son una muestra de los glaciares e interglaciares característicos de latitudes más elevadas, y nos proporcionan la pista de su edad: Pleistoceno superior.
Las llanuras de inundación y los cauces actuales
Las llanuras de inundación y los cauces actuales, pertenecientes al Holoceno, constituyen los depósitos fluviales más recientes del parque. Las llanuras se sitúan entre 3 y 5 metros sobre el canal de estiaje y están compuestos por gravas y arenas con una cobertera limosa. Su presencia se limita a la llanura oriental, en áreas con ausencia de inclinación que dificulta su drenaje. Por otra parte, los cauces actuales están constituidos por barras longitudinales entrecruzadas de gravas, a veces arenas y limos en menor cantidad, provocando su carácter trenzado.
Depósitos de ladera
Los depósitos de ladera están generosamente desarrollados; en especial, en la zona de sierras del parque. Se debe a su larga historia erosiva, cuyo testimonio es la abundancia de superficies de arrasamiento de las rañas, rañizos, cumbres, glacis, terrazas y demás. Los principales son tres: las orlas coluvionares de los montes, las pedrizas y los derrames periféricos de las plataformas de Rañas.
Los coluvionares de los montes
Los coluviones tapizan las laderas de las sierras de Cabañeros y hay dos tipos:
- Aquellos que pasan gradualmente a los glacis y abanicos aluviales apicales de rañas, donde no hay continuidad entre estas y las vertientes serranas. Con una potencia muy variable que no suele superar los 15 metros, están compuestas por clastos heterométricos angulosos de cuarcita, conglomerado, arenisca, etc., en ocasiones, de gran tamaño; una pátina rojiza y pizarra semialterada de la misma tonalidad con matriz arcilloarenosa que puede expresarse en diferentes colores por hidroformismo.
- Los que cubren los anteriores y que, en su ausencia, tapizan aquellas partes de las laderas cuya erosión ha desconectado las mesas de las rañas con sus relieves generadores. Están compuestos por clastos de características parecidas a los anteriores, aunque más homogéneos: no hay pátina ni matriz arenosa y su color es anaranajado. Su espesor no supera los 10 metros.
Las pedrizas
Las pedrizas o también llamadas canchales, son también depósitos coluviales pero sin matriz. Se sitúan sobre las laderas más inclinadas, por lo general, al pie de crestones cuarcíticos. Su potencia varía entre los 5 y los 15 metros y su composición muestra acumulaciones inestables de bloques angulosos sueltos de calcita, con un tamaño de varios metros cúbicos, generados por la fractura térmica de los bancos gruesos Cuarcita Armoricana.
En ocasiones, también aparecen en las cabeceras de los barrancos que disecan las plataformas de las rañas. Su origen se manifiesta en el lavado por escorrentía de la matriz y posterior acumulación de clastos procedentes de la erosión de las plataformas de la raña.
Derrames periféricos de las plataformas de las rañas
Sin tener jerarquía, presenta un origen similar, combinando con solifluxión y con poca pérdida de matriz. Los derrames periféricos, bastante desarrollados, adornan los bordes de las rañas de la Tejona y de la Higuera, en el frontera occidental del parque, coadyuvando a disfrazar la auténtica potencia de la cobertera conglomerática, ocultando tanto la ladera como las arenas, limos y arcillas multicolores de la capa inferior y, por supuesto, a la potente alteración del basamento situado bajo ambas. Por esta razón, es difícil encontrar afloramientos frescos, tan solo en el fondo de los barrancos.
Las formaciones superficiales
Las formaciones superficiales engloban los suelos actuales, relictos, fósiles y algunos depósitos residuales relacionados, a veces, con procesos edáficos, aunque desconectados de las áreas donde se desarrollaron con mayor intensidad. Abarcan algunos depósitos compuestos por gravillas ferruginizadas de color negro, sueltas o cementadas, formando losas que aparecen en torno a los 800 metros, con una potencia que no llega al metro.
Debido a los procesos con migración y fijación del suelo favorecidos por los altos niveles freáticos y de flujo vadoso, su origen está vinculado con el del horizonte superficial ferruginizado del planosuelo típico de las plataformas de la raña. Cabe destacar los depósitos limo-arcillosos de tonos grises ricos en materia orgánica, que se depositan en las zonas de drenaje deficiente de la llanura oriental del parque, cerca de la laguna de los Cuatro Cerros y el sinclinal de la Chorrera.
Bibliografía:
- De San José Lancha, Miguel Ángel; Gutiérrez Marco, Juan Carlos; Rábano, Isabel (1997). Geología Paleontología. En Parque Nacional de Cabañeros (pp. 51-76). Madrid, España: Ecohábitat.
- Rodríguez Fernández, Roberto (Ed.). (2017). Parque Nacional de Cabañeros. Guía geológica. Madrid, España: Instituto Geológico y Minero de España.